El Concejo Deliberante de la Famaillá autorizó al intendente, Juan Enrique Orellana, a regalar la Municipalidad. El "mellizo" también puede vender ese edificio que alberga a la intendencia y al cuerpo deliberativo, pero si quisiera entregar el inmueble céntrico (posee 1.204 metros cuadrados de superficie), estaría perfectamente habilitado para hacerlo. Y eso se debe al contenido de la ordenanza 22/11.

"Artículo 1.- Facultar al Departamento Ejecutivo Municipal a vender, ceder, transferir a título gratuito u oneroso, total o parcialmente, el inmueble ubicado en la esquina de avenida Bartolomé Mitre y San Martín, ochava sudeste, Ciudad de Famaillá, inscripto en el Registro Inmobiliario en la Matrícula 11.111", consigna el instrumento legal que los ediles famaillenses avalaron en la víspera de la última Noche Buena: el 23 de diciembre pasado.

La norma agrega en ese único artículo (el segundo es el que ordena la comunicación, copia, publicación y archivo de la disposición) que Orellana también queda facultado para "celebrar contratos con terceros de participación municipal, por los cuales la Municipalidad de Famaillá aporte dicho inmueble donde pueda emplazarse toda clase de edificios destinados a los fines industriales, comerciales o de vivienda".

A pesar de la multiplicidad de posibilidades para enajenar esa propiedad estatal, y de la variedad de destinos que podría tener, los ediles no condicionaron al intendente a llamar a una licitación pública para que se conozcan las propuestas económicas y los proyectos de emprendimientos para esa estratégica esquina famaillense. Por el contrario, autorizaron "la implementación del sistema de contratación directa" para toda la operación inmobiliaria, "siendo su ubicación óptima para la inversión privada, toda vez que se encuentra en zona donde han establecido los principales comercios que concentran las importantes actividades mercantiles y bancarias", describen los considerandos de la ordenanza.

De aquí para allá
¿Por qué razón quiere el Estado famaillense desprenderse del edificio municipal? Porque quieren construir una sede nueva y moderna para la intendencia y el Concejo Deliberante. La decisión es erigirla a 100 metros del actual emplazamiento, en el predio donde hoy funciona la Secretaría de Obras Públicas municipal. Esta dependencia, a su vez, se mudará al barrio San Martín, que queda del otro lado de la ruta 38, al lado de los basurales y frente al terreno de 20 hectáreas lindero a la rotonda, donde el intendente y su hermano mellizo, el legislador José Fernando Orellana, sueñan con levantar un estadío único de fútbol para la provincia.

Las obras para la mundanza de Obras Públicas están muy avanzadas, asevera el intendente en diálogo telefónico con LA GACETA, y confirma en el basural en llamas Miguel Cabrera, quien trabaja recuperando plástico, aluminio y cobre de la basura como antes lo hicieron su padre y su abuelo. "Empezaron hace rato y esta todo casi listo", relata el vecino de 38 años, con el humo a las espaldas y el sonido envolvente de las explosiones de las latas de aerosol.

En la entrada del terreno donde mudarán Obras Públicas, a medio camino entre la vieja y la nueva ruta, un cartel prohíbe la entrada a personas ajenas a la repartición. Adentro se ven desde vehículos estatales hasta nuevos tinglados. En cambio, en el centro de la ciudad, en el predio donde todavía funciona la dependencia, sólo se ven camiones entrando y saliendo, pero ninguna obra civil en marcha que haga presumir una pronta mudanza de la intendencia y del Concejo Deliberante. Sin embargo, hace 10 meses, la ordenanza que autoriza incluso a regalar la esquina sudeste de Mitre y San Martín era justificada en el hecho de que el edificio de la Municipalidad "quedará en desuso".

Cede y sede
En las calles famaillenses casi no hay vecinos dispuestos a hablar sobre estos enroques inmobiliarios. Aunque caminan lento, la mayoría se manifiesta apurado o dice no conocer la cuestión o manifiesta que prefiere no hacer comentarios o hasta confiesa que "no puede" hablar del tema. Pero también está María de los Ángeles García. "A mi criterio, estamos ante un caso de masivo incumplimiento de los deberes de funcionario público, porque los que gobiernan están para velar por mi patrimonio, no para regalarlo", contrasta.

Con las vías del prehistórico ferrocarril como marco, la vecina admite que discute seguido por su postura crítica. "Hay gente amiga que me pide que no me meta. Que me dice que no se puede hacer nada. Pero eso es dejar que el poder avance de manera avasallante. Si cedés, perdés. Y como muchos cedieron, en toda la provincia existe la equivocada creencia de que en Famaillá todos estamos con los mellizos. Yo no lo estoy. Y no me voy a ir de aquí".

Es el propio Orellana el que sale en defensa de la iniciativa. Dice que la sede actual es obsoleta y sueña con un shopping de tres niveles, más un estacionamiento, en el mismo lugar donde ahora está su despacho. (Ver "El intendente...")

En contraposición, un grupo de vecinos se organizó para resistir la enajenación del inmueble al que reivindican como un edificio histórico. (Ver "Un grupo vecinal...") Y, por supuesto, para rechazar la ordenanza que, legalmente, permite entregar la esquina de Mitre y San Martín a quien el intendente quiera. Con moño de regalo incluida.