Durante la edición 48 del Coloquio Anual de IDEA, que se desarrolló la semana pasada en Mar del Plata, el economista Mario Blejer enfatizó en la importancia que podría tener para el futuro de la Argentina el hecho de que nuestro país sea productor de alimentos. "Sin exagerar, si las cosas se hacen bien en el largo plazo, Argentina podría ser la Arabia Saudita de la alimentación", graficó Blejer, ex presidente del Banco Central. "Se estima que el crecimiento de la demanda por alimentos será del 20% en la próxima década", sostuvo Blejer, y apuntó que dicha expansión "apenas si puede ser satisfecha, porque la oferta crece menos de lo que venía creciendo habitualmente". 
Precisamente, los precios de los alimentos se encarecieron 37,57% promedio a nivel mundial en los últimos tres años y medio, según el último relevamiento realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Si la medición se hace tomando 2000 como año base, entonces el valor de los alimentos trepó 140%, es decir, casi dos veces y media en 12 años.
Los incrementos en los alimentos se dieron en forma importante tanto en carne, como en productos lácteos, cereales, aceites y grasas, y azúcar, aunque con mayores proporciones en algunos que en otros.
Los cereales fueron los que más aumentaron en los últimos tres años, con 51,14%, empujados por los saltos en las cotizaciones del maíz y del trigo; algo similar a los aceites y grasas, con un crecimiento de 49%, motorizados por el auge del valor de la soja. En el mismo período, los productos lácteos se encarecieron 32,39% y la carne 31,57%; al tiempo que el azúcar lo hizo en un 10%, porque ya había acumulado un fuerte aumento en los años previos, y llegó a caer 25% en los últimos 12 meses. En lo que respecta al período 2000-2012, los aceites y grasas, con la soja como punta de lanza, treparon 230,88%; seguidos no tan lejos por los cereales, con 209,41%. Más atrás quedó el azúcar, con un incremento de 144,82%, los productos lácteos, con 97,89% y la carne con 82,89%. 
Tucumán posee una de las industrias agroalimentarias más importantes del país, con liderazgo en la producción y procesamiento de caña de azúcar, limón, palta y frutilla, más otros cultivos como arándanos y variedad de hortalizas. Pero más importante aún es la estructura educativa e investigativa que respalda y potencia las producciones que se obtienen, y que proyectan al futuro las posibilidades de nuestra provincia de transformarse en un polo de producción de alimentos en la Argentina. "Las posibilidades para Tucumán son importantes. En el plano educativo, surgen tecnicaturas e ingenierías, así como carreras de posgrados, todo relacionado con alimentos. A esto se suman entidades de investigación, como la Estación Experimental y el Conicet", señaló a LA GACETA el director técnico de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), Daniel Ploper. El investigador recalcó que se debe propender a agregar valor a los alimentos que se producen en la provincia, propósito que debería trascender lo mero enunciativo para definirse como política de Estado. Remarcó que el desarrollo de la alimentación a través de la biotecnología irá superando obstáculos, en buena medida ante la necesidad de muchos países de establecer "crecimientos verticales" en la producción de alimentos, ante la imposibilidad de avanzar en una expansión horizontal, por falta de tierras cultivables. "Hay todo un mundo que se abrirá en tecnología de alimentos, e incorporarse a esta tendencia inexorable se hace mas fácil con las herramientas tecnológicas que disponemos", finalizó Ploper.