WOLVERHAMPTON, Inglaterra.- Cuando a Lindsay Clift le comentaron que iba a ser mamá, su felicidad fue inmensa. En los siguientes meses, la mujer preparó su casa para la llegada de la pequeña Katy, y nada hacía suponer que las cosas no iban a salir bien. Sin embargo, unas complicaciones hicieron que la joven madre de 29 años diera a luz a su bebé muerto y, de forma inesperada, ella perdió el conocimiento y nunca más volvió a despertar. Su marido, Darren, asegura que "murió de pena".
Todo comenzó cuando pasada la fecha prevista para el nacimiento, los médicos decidieron inducirle el parto. "Las contracciones iban y venían. Nos dijeron que el bebé iba a venir naturalmente", comentó el viudo. Luego descubrieron que la niña había muerto en el útero de su madre y que Lindsay debía dar a luz a su bebé fallecida.
Así se lo dijeron a la mujer y a su esposo que no sentía el latido del corazón y el dolor fue muy intenso al conocer la noticia. En ese momento, las contracciones continuaron y Lindsay se desmayó. "No estábamos seguros de que era lo que estaba mal, pero ella no recobró el conocimiento. Su corazón latió un poco más, pero ella no despertó", contó el marido a Daily Mail.
La causa exacta de la muerte no se conoce todavía. Darren, quien conoció a Lindsay en 2005, agregó: "nos fuimos allí de la mano para convertirnos en un tres y, muy rápidamente, Katy falleció y a continuación, Lindsay. Todavía no puedo creer cómo ha ocurrido esto. El hospital era estupendo, hicieron todo lo que pudieron. Ellos no han encontrado una causa inmediata de la muerte, y se refuerza mi impresión de que ella tomó la decisión de irse", finalizó. (Dailymail.co.uk)