"Un científico loco fabrica unos anteojos muy especiales y los pone a la venta. La gente al ponérselos veía las cosas que todavía no existían. ¡Eran anteojos para ver el futuro!", cuenta Luz, de 12 años, del colegio Santa Catalina. "Al principio era muy lindo, pero después empiezan a tener problemas de vista. El oculista les dice que la única forma de romper el hechizo es hacer añicos los anteojos", continúa Aylén, su compañera. "Pero ocurre que los anteojos se rompían solos, y lo más curioso era que la gente seguía viendo el futuro...", apunta a su turno, Martina, que se suma a la propuesta de LA GACETA de narrar un cuento colectivo.

Es el último día de la semana. En el patio del colegio Tulio García Fernández, los chicos calientan los motores antes de la largada de la 12ª edición del concurso Cuentoniño. Son 1.200 chicos de entre seis y 11 años los que esperan que les asignen las aulas para comenzar a hacer volar la imaginación. Se ven delantales de todos los colores. Hay chicos de unas 100 escuelas y colegios de toda la provincia: Raco, Lules, Mancopa, Tafí Viejo, Yerba Buena, Choromoro...

"Las mejores producciones serán seleccionadas por un jurado integrado por profesores y alumnos de los últimos cursos de la carrera de Letras de la UNT. Los premios: una bicicleta, medallas, libros y diplomas. Pero lo más valioso es el encuentro de los chicos y la red de amistad que se forma entre los docentes", destaca Cecilia Castro Llomparte, pionera del concurso y coordinadora de Lengua del Tulio. También es docente de la cátedra de Lingüística I de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT, de donde provienen unos 20 alumnos que ayudan en el certamen.

Una de las colaboraciones que más valora la docente es el listado de temas. Para los más chicos, de entre seis y ocho años, los títulos propuestos fueron: "La niña que despertó con alas", "La flor que había perdido el perfume", "Los duendes también van a la escuela", "La bruja que se escapó del cuento" y "El ratón Pérez perdió los dientes". Para los de nueve a 11 años los disparadores fueron: "El inventor de pensamientos", "Perdidos en la cartera de mamá", "La puerta que nadie abría", "La casa de los espíritus", "El ladrón que robaba sueños de niños", "Anteojos para mirar el futuro" y "Las fotos encantadas". Los chicos debían elegir un tema y escribir el cuento en dos horas.

El certamen incentiva a alumnos y maestros. Muchos de ellos comenzaron a trabajar en talleres de escritura en el aula. Cecilia ha tomado la costumbre de sugerirles textos para niños que ella encuentra interesantes. "Los progresos en la escritura de los chicos que trabajan en el aula se notan año a año", destaca.

En el concurso no se califica la ortografía, sino la creatividad y la coherencia, de modo que los chicos trabajan con mucha libertad, remarca la docente. Virginia (10 años), del colegio Montserrat, admite que es fanática de los cuentos de suspenso "Escribí una historia de tres tripulantes de un barco fantasma, que llega hasta el puerto de una ciudad. Comienzan a pasar cosas raras durante la noche. Entonces interviene la Policía, que comienza a buscar evidencias..." No puede seguir la narración. La maestra la llama y tiene que salir corriendo porque se quedará sin participar en el concurso.

Como no tenemos los anteojos de ver el futuro, habrá que esperar hasta el próximo mes, cuando se conocerán los resultados. Hasta entonces el jurado evaluará las 1.200 producciones.

Fanática de la novela romántica
"A mí me encanta soñar y escribir historias de amor. Justin Bieber es mi personaje favorito", confiesa Martina, de 12 años, del colegio Santa Catalina. Dice que lo mejor que leyó en su vida es "El libro de los chicos enamorados", de Elsa Bornemann.

Le encanta el suspenso
Los cuentos fantásticos son su debilidad. Virginia tiene 10 años y va a 5° grado "A" del colegio Montserrat. Dice que desde que empezó a leer más, Lengua se convirtió en su materia favorita. "Es la más fácil y la más divertida", resumió.

Viajeros del tren fantasma
Facundo cuenta sobre tres amigos que, sin saberlo, se suben a un tren fantasma. Un monstruo empieza a perseguirlos, aunque ellos no lo ven. Los tres saltan del vagón y suben a otro tren, pero el monstruo los sigue y... comienzan las aventuras.