¿Has consumido licopeno hoy? ¿No sabés de qué se trata? Te lo explicamos. Si comiste una ensalada verde con tomates frescos picados, entonces ingeriste no solo una buena dosis de licopeno (potente antioxidante presente en la fruta) sino que además has adoptado una importante medida para la reducción de la presión arterial. Un reciente estudio a doble ciego (un grupo recibe fármacos y otro placebo, y ni los pacientes ni los médicos saben a qué grupo pertenecen unos y otros) que se realizó en Israel ha confirmado lo que los italianos con corazón saludable han disfrutado durante siglos: los tomates (y la salsa de tomate) reducen la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardiacas. El estudio se desarrolló bajo la conducción de Esther Paran, jefa de la división de Hipertensión del Centro Médico Soroka. Participaron pacientes que estaban recibiendo tratamiento para la hipertensión, pero que no respondían bien a los medicamentos.
El licopeno
Paran trabajó con pacientes que tomaron un suplemento de extracto de tomate, lo que les redujo significativamente la presión arterial después de solo cuatro semanas.
Los tomates son muy efectivos para bajar la presión arterial porque contienen licopeno, potente antioxidante que también está presente en los tomates híbridos cultivados por la empresa israelí Lycomato, para tener mayores concentraciones de licopeno en cada fruta.
El licopeno más otros antioxidantes que se encuentran en el tomate lo convierten en un superalimento para la prevención de las enfermedades del corazón. Incluso ayuda a evitar la oxidación del colesterol LDL que hace que se pegue en las arterias reduciendo el pasaje de la sangre y causando un aumento en la presión arterial.
Consumir cuatro tomates al día es la cantidad recomendada para lograr un impacto positivo sobre la presión arterial.