Solemos escuchar a padres disconformes con la educación que reciben sus hijos, a docentes angustiados e impotentes ante alumnos cada vez más apáticos y desconectados y a directivos que consideran que existe una falta de compromiso tanto de los padres como de los docentes. Según Mariano Lescano, coach transformacional, somos testigos de cómo los ejecutivos de empresas se quejan del nivel educativo de los jóvenes que buscan su primer empleo, de la falta de preparación en competencias y habilidades genéricas que impliquen trabajar y relacionarse con otros para hacer que las cosas pasen. A todo esto los alumnos se sienten cada vez más "alienados", y consideran las clases aburridas y sin sentido o simplemente como pérdidas de tiempo.

Frente a estos desafíos, el educador tiene el desafío de refundar su rol, posicionándose como un coach, con el desarrollo de competencias para atender la demanda educativa, sostiene el coach quien, junto con el coach Héctor Olmos Arévalo, dictarán desde el 15, en el Instituto de Ciencias Empresariales, un postítulo sobre "Coaching para educadores".

Según los expertos, el aprendizaje implica una transformación personal, y esta opera a través de prácticas conversacionales que llevan hacia un mejor contacto con el alumno. "Implica pasar de un maestro directivo que instruye, supervisa, evalúa y sanciona por un tipo de maestro coach que hace uso de las competencias transformacionales", señalan. Así, desde la misma escuela, los futuros empleados podrán desarrollar competencias comunicacionales, ya que un maestro coach acompaña al niño/adolescente en el proceso y desarrollo de su "manera de ser en el mundo". Asimismo, potencia las capacidades que los alumnos disponen, les ayudan a reflexionar sobre las conductas que los sabotean u obstaculizan sus logros y a buscar alternativas para el cambio, dice Lescano.