El FC Basilea debe ser uno de los pocos casos en el fútbol en que uno de sus hinchas es más famoso que el propio club. Pocos conocen al equipo más exitoso de Suiza pero todos saben quién es Roger Federer, su más acérrimo fanático. La mayoría se ha deleitado con su juego a través de la televisión, y en Argentina podrán apreciarlo aún más de él en diciembre. Sin embargo, en Tucumán, pocos deben haber tenido el privilegio de Federico Almerares, uno de los jugadores que reforzó a Atlético y que defendió los colores del equipo del tenista: el delantero se dio el lujo de tenerlo a su lado y recibir sus palabras de aliento.
"Fue a vernos justo en el tiempo que yo estuve. Se sacó fotos con todos nosotros así que la verdad fue una experiencia inolvidable", aseguró Almerares, quien estuvo en Basilea durante tres temporadas, entre 2008 y 2011. "No todos los días te podés encontrar con gente así", agregó.
El encuentro se dio antes del partido entre su equipo y Roma, por la Liga de Campeones, el 19 de octubre de 2010. "Es un número uno en todo. Súper humilde y sencillo. Dentro de la cancha todos sabemos lo que es", confesó el delantero que ya obtuvo su habilitación para jugar con la camiseta "decana" . "Después de la práctica, el hijo del 'Negro' (Heraldo Rodríguez) me avisó que ya estaba habilitado", aseguró quien se concentró junto a 19 de sus compañeros, aunque es casi un hecho que formará parte del banco de suplentes.
"Fede" fue el último de los refuerzos en quedar OK para debutar. ¿Por qué? Tras su paso por Basilea, Neuchâtel Xamax (otro equipo suizo) compró su ficha y sufrió la quiebra mientras él jugaba a préstamo en Belgrano. De allí las dificultades para ser habilitados. De aquella experiencia entre Los Alpes y la excelencia de tener en las tribunas semejante hincha, le quedó otra anécdota aunque algo más extraña. En 2011, mientras se desarrollaba el Abierto de tenis de Basilea, el equipo de Almerares debió jugar un partido a las 12 del mediodía ya que por la televisación de uno de los torneos favoritos de Roger, se reprogramaron los horarios. Todo en pos de pasar el tenis por TV.
"En ese partido (fue contra Lucerna) los hinchas empezaron a tirar cientos de pelotas de tenis a la cancha en señal de protesta y para demorar la transmisión. Nosotros siempre jugábamos a las 16", explicó. "Fue en contra de la tele, a él lo quieren", aclaró.
Pese a que en el partido en el que conoció a "Su Majestad" no tuvo la chance de jugar, Almerares espera que algo de su magia le haya quedado y que lo acompañe en su estadía en Tucumán. Si le pega de volea, tiene a quién imitar.