Uno de los temas que más preocupa en el entorno de la literatura infantil es el de la saludable relación entre el niño y la lectura. Ya no se discute si existe la literatura infantil. Ni se necesita proclamar sus funciones. Tras muchos años de esfuerzo se ha logrado que el "había una vez" tenga presencia en el panorama cultural argentino. Contamos con escritores reconocidos a nivel mundial, crecen los números de tirada, los programas de promoción a la lectura, las instituciones dedicadas al género, pero el verdadero desafío sigue siendo el de la conquista del niño lector. Y entre otras aperturas, el del accionar decidido de la prensa. Entiendo que cuando se habla de literatura infantil no se debe pensar sólo en libros, sino también y con justicia en los destellos de la prensa abordada por especialistas.

Claro está que el libro infantil es una conquista moderna. Al llegar la imprenta, las pocas obras que reconocieron un destinatario infantil eran de marcada tendencia didáctico-moralizante. Si bien, en las postrimerías del siglo XVII, Perrault publica los Cuentos de Mama Oca, que no fueron escritos para niños, pero con el tiempo gozaron de la adhesión de los pequeños.

Por fin, hacia mediados del siglo XVIII se dan los primeros pasos de una literatura que mira con respeto a la infancia. Y esta aparición viene de la mano del periodismo. En Londres, John Newbery, abre la primera librería para niños y edita The Lilliputian Magazine, el primer periódico infantil. La iniciativa fue revolucionaria. Prendió en otros países. En Alemania surge Kin- Freunde; en Francia, Los amigos de la infancia; en España, la Gaceta de los niños y en Italia, Collodi publica por entrega, en 36 capítulos, en el Giornali per i bambino, las aventuras de Pinocho ¿Y qué pasó en la Argentina? ¿Puntualmente en Tucumán?

Pasó que el 1 de marzo de 1931, LA GACETA anuncia en un aviso de importantes dimensiones que: "Todos los días visitará a nuestros niños lectores La Cenicienta". Pasó que iniciaba, por entregas, como "historieta cinematográfica" la narración de un cuento de raíz folk. Pasó que a esta historia le sucedieron varias otras. Sucedió también que publicaba cuentos para niños. Entre ellos los de Tránsito C. de Riva Jordán, autora del primer libro para niños en nuestro medio. Pasó, que a partir de sus horas iniciales, algunas veces más, otras menos, desde diversos enfoques LA GACETA siempre atendió a la literatura infantil. En la actualidad ofrece semanalmente la Colección de Fábulas para Antes de dormir. Encomiable actitud. El compromiso de los medios gráficos en la conquista del niño lector es axial.

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Honoria Zelaya de Nader - Doctora en Letras, especialista en Literatura infantil, presidenta de la Filial tucumana de la Asociación Argentina de Lectura.