Muchos atletas y equipos, sin colgarse la ansiada medalla, vuelven como ganadores. Claro está, para varios no hay lógica en ello. Para comprender porqué la selección de voley regresa de la cita olímpica satisfecha, hay que ver la evolución que tuvo el equipo desde 2008. Octubre de ese año marcó el ingreso como técnico de Weber. El ciclo del ex jugador frente a la selección finalizó en Londres y el cierre, con diploma y sin medalla, estaba dentro de lo planeado. El rival que lo eliminó fue Brasil, cuyo técnico ya lleva más de una década en el cargo. ¿Clave para que Brasil se haya convertido en el dominador del voley mundial? Sí, fundamental. Igual de fundamental que es entender en el deporte argentino que los procesos son largos y cuando lo son, el éxito, aunque tarda, llega. Lo que pasó con la selección de voley es un paso hacia ese éxito -el que todos entienden: ganar una medalla- todavía lejano, ya que debería cerrar el proceso en 2016.