¿Qué es lo que atrapa? ¿Cuál es el secreto? ¿Es más que una seguidilla de escenas de alto voltaje sexual? ¿Por qué las mujeres están invadiendo las librerías para llevárselo? ¿Qué es lo que dice?
Muchos interrogantes que solo la lectura de "Cincuenta sombras de Grey" podrá responder. Hasta tanto, lo concreto es que en las librerías tucumanas no hay ni un día en el que no se vendan ejemplares. Y que los compradores son hombres y mujeres que promedian los 40 años. En algunos casos más mujeres, pero casi no hay diferencia. E.L. James ha escogido ingredientes clásicos y les añadió largas descripciones en las que no hay sutilezas ni supuestos. Todo está ahí para que la mente y el cuerpo se exciten. La protagonista es Anastasia Steele, una joven estudiante de Literatura que conoce, casi por casualidad, al multimillonario Christian Grey.
La atracción es inmediata y obsesiva. Él le propone que vivan una historia sadomasoquista y sin compromisos; a ella le seduce la idea de explorar su sensualidad, pero alberga la esperanza de que Christian en algún momento la necesite. Él le asegura que no puede sostener un compromiso, que no puede hacer el amor y que solo quiere que ella sea su "sumisa".
El relato alterna los encuentros más calientes con la vida paralela de Anastasia: sus amigos y su familia. Constantemente se plantea interrogantes sobre esa relación que no puede definir. Que le resulta excitante, pero también devastadora.
Batacazo en las bateas
En marzo alcanzó la cima de los libros más vendidos en Nueva York. Lo mismo sucedió con los otros dos volúmenes que forman la trilogía, "Cincuenta sombras más oscuras" y "Cincuenta sombras liberadas". Tal es el éxito que hasta se vendieron los derechos para una película. La rodarán Michael De Luca y Dana Brunetti, los mismos que dirigieron "La red social".
"Es interesante porque corrimos del eje de la novela histórica, de la fantasía, del policial, que es lo que venía estando en el top cinco de los libros más vendidos. Hace 14 años que trabajo en la librería y este tipo de relatos siempre se compraban bajo el poncho. El público tucumano es más bien conservador, y más allá de los relatos del Marqués de Sade como clásico, la gente tiene resquemor a la hora de pedir una novela erótica", señala Carolina Frangoulis, de "El Griego". ¿Y cuál es su análisis? "Es una novela muy entretenida y recomendable".
Según el propietario de "La feria del libro", Mario Kostzer, el título picó muy bien, ayudado por una fuerte promoción a nivel internacional y también gracias a un boca en boca nada despreciable. "Ya no hay pruritos con este tipo de cosas, además el libro no es de un contenido tan escandaloso", afirmó.
Kotszer destaca que las señoras que llegan a la librería no tienen necesidad de esconderse ni hablar en voz baja; en estos tiempos a nadie le causa pudor llevarse un libro con contenido erótico, y mucho menos si una etiqueta en la portada indica: "sí, este es el libro del que habla todo el mundo". Y no es una mera afirmación publicitaria.
"El interés por lo sexual no es algo nuevo; los libros de Florencia Bonelli, que tienen un ingrediente de sexo importante sin llegar a ser relato erótico, se venden muy bien -sostuvo Kostzer-. La nota diferente en esta historia es lo explícito, unido al personaje de un sádico millonario, más un importante trabajo de marketing. Todo eso en conjunto mueve voluntades de lectura".