- Es un contrato irreal.- "No estoy en pareja, pero cuando la tuve no estaba en mis planes casarme, y tampoco lo visualizo hoy como una posibilidad. En realidad, no creo en la institución del matrimonio: es un contrato irreal esto de comprometerse pensando que uno va a estar eternamente ligado a una persona, y dependiendo de que ambos no sean infieles. La realidad nos dice que hacer ese tipo de compromiso es casi imposible de cumplir. Mi prioridad es desarrollar mi proyecto profesional más que mi vida amorosa, y no es que descarte la posibilidad del casamiento, aunque no me desvela. Sé que esta forma de pensar va en contra de los mandatos familiares, pero lo bueno de mi generación es que somos más libres en poder decidir. Si los hombres afirman que no pueden vivir solos están explicitando al mismo tiempo el hecho de que dependen de una mujer para que se haga cargo de todas las otras cosas que a él no le gusta hacer. (Mariana Rodríguez, 24, estudiante)

- Buscamos estabilidad.- "No es que uno no quiera casarse; simplemente queremos sentirnos seguros laboralmente para comenzar otra etapa, esa la de formar una familia y tener hijos. Estoy de novia hace 7 años, pero no me apura concretar el matrimonio; tampoco a él. Priorizamos otras cosas en estos momentos, aunque no descartamos el casamiento en el futuro. Nuestras carreras fueron largas (yo abogada, y Raúl, mi novio, médico). y requieren ahora de la especialización. Ambos estamos concentrados en ello. Para las mujeres con profesión es mucho más difícil invertir en un posgrado, por ejemplo, y se hace mucho más difícil si hay hijos. Ahora sentimos que es nuestro tiempo y lo priorizamos ; después estará el tema del casamiento. Lógicamente, seguiría trabajando, porque considero, y lo veo en muchas mujeres, que se puede vivir conciliando ambas cosas. (Daniela, 27).

- Una formalizacion legal.- "El matrimonio sirve solamente para el tema legal; sobre todo para que los hijos no tengan problemas. El hecho de que sus padres no estén casados legalmente podría perjudicarlos. Pero eso es hoy. Quién sabe cómo estará el mundo en un futuro cercano . En décadas pasadas, todo mi planteo sería mal visto. Hoy hay más respeto por las libertades individuales. Creo que las mujeres de mi edad están renanciendo y hay una conciencia distinta a partir del 2000. La mujer hoy, es mucho más práctica, prioriza sus proyectos laborales y profesionales antes que el casamiento. Particularmente no pienso casarme, no estoy en pareja ni lo pienso como una posibilidad en un futuro cercano. Me encantaría enamorarme sí, y no tendría problemas en convivir con mi pareja , pero casarme, no. Hay diferencias muy marcadas respecto de la generación de mis padres que no pierden la ilusión de que cambie mi forma de pensar. Pero sé que en el fondo ya aceptan mis elecciones. Mis amigas piensan igual que yo. Los matrimonios que conozco son pocos sinceros. El compromiso y el amor pasa por otro lado y creo que no necesita formalizarse en un papel. (Mariana Aráoz, 28, estudiante de Ciencias de la Comunicación).