La "Mona Lisa", el fresco de "La última cena", "La dama del armiño"... Quinientos años después de su muerte, los cuadros de Leonardo da Vinci siguen siendo objeto de admiración. Pero pocos son conscientes de la profunda mirada que el genio renacentista proyectaba en ellos.
Ahora, con motivo de su 60 aniversario en el trono, la reina Isabel II de Inglaterra muestra en la "Queen's Gallery", del palacio de Buckingham, una amplia colección de los dibujos anatómicos de Da Vinci. Ellos no sólo revelan a un maestro universal del arte, sino también a uno de los principales científicos de su tiempo.
"La gente suele pensar que Leonardo fue un artista que, de forma paralela, apenas realizó un par de dibujos anatómicos", sostuvo Martin Clayton, comisario de la muestra, durante la presentación de la exposición (que abrirá oficialmente sus puertas el viernes).
En las últimas décadas de su vida, Da Vinci pintaba sólo de vez en cuando. Era, por encima de todo, un científico. En un principio, Da Vinci se interesó por la anatomía a través del arte. "No sólo investigó huesos y músculos, sino también el sistema nervioso", y lo hacía diseccionando cadáveres de animales y de seres humanos.