De alto voltaje. Así puede describirse a la nueva jornada del juicio por la desaparición de María de los Angeles Verón. Unos minutos después de las 9 se sentó ante el tribunal el empresario Julio Mohfaud, quien asegura haber vendido a María Jesús Rivero y Rubén Ale un boliche que estaba ubicado en avenida Belgrano al 2.700, en esta capital.

De acuerdo a esta persona, la operación se hizo a fines de 2001, pero sólo le pagaron U$S 5.000 de los U$S 60.000 acordados. "Quise hacer la denuncia ante la Justicia pero ningún abogado quiere enfrentarlos, así que hasta ahora no pude cobrar lo que me corresponde. Yo sabía quienes son pero el padre de ella fue el que se relacionó conmigo y me ocultó quien era", dijo.

Según Mohfaud, antes de que se concretara la operación, una de sus empleadas -que trabajaba como promotora- y una amiga le comentaron que los Ale utilizaban los boliches para hacer contacto con chicas para trabajar en el mundo de al prostitución. El hombre, sin embargo, fue más allá al afirmar: "una vez que me relacioné con ella, me confesó que el negocio de los boliches no les interesaba porque lo más importante era conseguir chicas que luego eran llevadas a La Rioja y Catamarca".

Ante el interrogatorio del defensor de los Rivero, Cergio Morfil, el testigo se mostró nervioso e impreciso. Alrededor de las 10.30 se pasó a un cuarto intermedio y media hora más tarde arrancó la segunda parte del testimonio de Mohfaud.

Al retornar, el abogado Carlos Varela Alvarez informó que la defensora de Menores, Ines Avellaneda, vio cuando María Jesus Rivero le hizo una seña al testigo y lo amenazó. La mujer pidió declarar, y reconoció la situación. "Cuando salía, la puerta estaba entreabierta, él estaba con un vaso con agua y me hizo un gesto como brindando. Le hice un gesto con la mano", explicó la mujer Rivero.

Morfil pidió que se realice un careo entre su defendida y Mofhaud, y además pidió que se ubique a las chicas que mencionó el testigo, y que se cite al ex jefe de la Brigada de Investigaciones, Alfredo Jimenez. El juicio continuará recién el viernes, a las 8.30. LA GACETA ©