Cada vez que van a cargar naftas, los clientes preguntan a los playeros de estaciones de servicio si es que se modificarán los precios de las pizarras. El último aumento es del mes pasado, con variaciones entre un 4% y un 10%, según los productos de Repsol-YPF. Los propietarios de estaciones de servicios que responden a esa bandera petrolera dijeron ayer a LA GACETA que por ahora no se prevén nuevas subas, y que hay que esperar novedades acerca de cómo será la política estatal en la materia. Algunos de ellos reconocieron que, en estos días, se observó la misma política respecto de las auditorías de seguridad que se realizan en los establecimientos. "Vemos que la nafta sigue llegando por cupos y ahora sabremos si hay cambios respecto de la capacidad de destilación, con el fin de que mejore la distribución de naftas", señaló el dueño de una expendedora instalada en esta ciudad. La cuestión central pasa por establecer si habrá más crudo para ampliar la oferta de naftas. Respecto del precio, el viceministro de Economía, Axel Kicillof, expresó ayer en el Congreso que "el precio de la nafta está más bajo que los precios internacionales por una decisión deliberada, para no afectar el poder adquisitivo de los argentinos". Mientras el barril de crudo externo cotiza en torno de los U$S 105, en la Argentina el valor establecido es del U$S 42. De allí que hay sectores que sostienen la necesidad de un sinceramiento de las tarifas del mercado energético. Kicillof reconoció la necesidad de revisar los precios de la compañía y, ante la pregunta del senador tucumano José Cano (UCR), reconoció la enorme distorsión de valores en el país. El funcionario nacional indicó, además que, siendo YPF un actor central dentro del país, tal vez se puedan buscar "mecanismos de mercado que permitan al Estado regular, según los intereses de la política nacional, los precios de una manera menos ambiciosa".