Escribir sobre un tema que ocupó días, tapas, voces, entrevistas y una serie de acciones jurídicas, no admite que pretenda ser el descubridor de la verdad. Pero ante ello quiero destacar simplemente tres puntos que me parecen verdaderos ejes de discusión para pensar una democracia y un país mejor.

Gobierno y oposición: En la semana que termina quedaron prácticamente definidos los candidatos demócratas y republicanos a las próximas elecciones estadounidenses. El pueblo de ese país tiene al menos dos opciones políticas por las cuales puede optar en las próximas elecciones, y esto a meses de esa decisión. La ciudadanía argentina necesitaría programas políticos alternativos sobre los que optar mediante la identificación que lleva al voto y hoy carece de opciones de este tipo. La disgregación de la oposición le baja el nivel al debate político y ese es un hoy problema central del sistema democrático. La política es mucho más que una sesión especial del senado, una foto, una declaración o un pedido de juicio político. La política es, como mínimo, una propuesta de sociedad mejor mediante un programa de principios y acciones. En nuestro sistema debemos optar por candidatos partidarios, no podemos elegir para el gobierno a jueces, sindicalistas, comunicadores, intelectuales, empresarios, artistas o embajadores, a menos que se presenten como candidatos por un partido político. La política tiene sus reglas y su lugar. La parálisis de la oposición deja lugares vacantes que son ocupados de distinta forma por los antes mencionados, eso es legítimo pero no amplía el abanico de opciones políticas para la ciudadanía; al contrario. La trama de la investigación sobre Ciccone- Boudou -Boldt se inscribe por completo en acciones que si bien son netamente políticas no tienen nada que ver con una verdadera construcción de alternativas.

Los nombres y la política. Porqué digo que Boudou es el nombre de un tema netamente político? Porque en política, los nombres son parte de algo mayor. Boudou no es solo Amado, sino una faceta central de un gobierno y un proyecto, por ende, las denuncias en su contra son contra ese proyecto. En ese marco creo que estamos en un momento típicamente post-electoral, de posicionamiento para una elección legislativa en 2013, absolutamente clave por que estará en juego la mayoría absoluta en el Congreso de la nación. Los variados sectores que buscan construir una alternativa política al gobierno ven en la denuncia contra Boudou una posibilidad real de erosionar el capital político del kirchnerismo. Esa apuesta es aún incierta e inclusive puede afectar a posibles candidatos anhelados por la oposición, como el propio Scioli. Esto a la vez se inscribe en los posicionamientos al interior del Kirchnerismo, que por supuesto dejan abierta la puerta para alguna fricción en temas de alta exposición, como el actual.

La gente. Un párrafo final de lo que piensa la gente. En principio, somos inocentes hasta que se pruebe lo contrario, pues bien, "la gente" piensa al revés y eso no es ninguna virtud pues afecta la credibilidad no sólo de los políticos sino de funcionarios, empresarios, sindicalistas, periodistas e inclusive intelectuales o personas de la cultura, aún más, erosiona la confianza cotidiana de ciudadanos y vecinos entre sí. Eso no sólo daña irreparablemente, sino que atenta directamente contra la construcción colectiva, la no descalificación y el capital social que mueven a una nación hacia escenarios futuros mejores para todos.