Por Stella Gárnica - Columnista de DyN

BUENOS AIRES.- La Presidenta ordenó a funcionarios, legisladores y dirigentes del kirchnerismo un "alineamiento total" en defensa de Amado Boudou involucrado en la "causa Ciccone". Cristina Fernández considera que, de no hacerlo, la figura de su vicepresidente corría riesgos de perjudicar y debilitar a su Gobierno. Fuentes del kirchnerismo admitieron que la estrategia que mantenía la Presidenta hace 15 días, era distinta, porque Cristina mostraba hacia adentro del oficialismo, y hacia la sociedad, apenas un tibio apoyo.

Así fue como se mostraba junto a Boudou en los actos, pero sin ningún "K" que salga a defender al ex ministro, investigado por supuesto tráfico de influencias en favor del grupo económico que se hizo cargo de la imprenta, encargada de imprimir moneda. "Hace 15 días, Cristina decía que la estrategia era esperar a que Boudou se defienda en la Justicia y dejarlo librado a su suerte, sin que el Gobierno diga una palabra, pero el avance del escándalo -que derivó en un generalizado pedido de licencia del vice- cambió la suerte de Boudou", dijo la fuente. Entre los argumentos se destacan una eventual evaluación de la Presidenta acerca del escenario político en que quedó envuelto su vicepresidente, figura que ella misma eligió y no puede achacarle a nadie, como era el caso del mandato con Julio Cobos (UCR), una alianza que impulsó su antecesor y difunto esposo, Néstor Kirchner. "Ahora ella siente que el ataque a su vice la puede afectar también y que era más costoso que Boudou diera un paso al costado -pidiera licencia hasta que se aclare su situación judicial- porque lo que le venía encima a ella después, era defenderlo" públicamente.

La decisión de cambiar la estrategia política, que a diferencia de hace una semana, cuando Boudou lanzó una catarata de denuncias involucrando con "mafias que operan contra el Gobierno" a funcionarios y dirigentes oficialistas, también ronda en que los "K" consideran que Boudou no está tan complicado judicialmente. "El único elemento objetivo que tiene Boudou para quedar vinculado es la nota que, como ministro de Economía, envió al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray solicitando que de plazo a Ciccone, sin que se resientan los intereses del fisco público, pero eso no implica ninguna conducta reprochable del Código Penal", consideran en el oficialismo. "Lo demás -aducen en el kirchnerismo en relación a las relaciones de amistad de Boudou con los empresarios que se hicieron cargo de la ex Ciccone-, son extralimitaciones del fiscal Carlos Rívolo y de los medios para cocinar al vicepresidente.

La forzada renuncia del Procurador General, Esteban Righi, es enmarcada en el kirchnerismo en esa orden de alineamiento, aunque dejan entrever desconfianza de Cristina: "Righi es un tipo excelente, el problema es que el hijo era abogado de Hugo Anzorreguy en la causa del atentado a la AMIA y está asociado junto a su mujer, con la mujer de Montenegro, el ministro de Seguridad de Mauricio Macri", un enemigo "K" para 2015. (DyN)