La Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y Cáritas ratificaron una sociedad que nació en 2003, para dar herramientas que ayuden a personas en riesgo social a salir de su situación. Ayer, el rector, Juan Alberto Cerisola, y el arzobispo de Tucumán, Alfredo Zecca, firmaron un convenio entre Cáritas, el Programa Universitario de Extensión y Desarrollo Social (Puedes) y el Centro de Capacitación de la UNT. El acta establece pautas para la ejecución del proyecto interinstitucional Pro-Trabajo, acentúa la tarea social que estas instituciones realizan desde 2003.

"Cáritas financia el proyecto y la UNT capacita a la gente en todo tipo de oficios; incluso a los que quieren empezar pequeños emprendimientos productivos. Y no se trata sólo de capacitación: luego los acompañamos hasta que consigan trabajo", apuntó Cerisola. Añadió que el 100% de los que participaron de este proyecto en años anteriores llegaron al mercado laboral. Como ejemplo, nombró panaderías de barrios que empezaron como pequeños emprendimientos tras recibir formación de la UNT.

Entre otros, el proyecto Pro-Trabajo ofrece el programa de Desarrollo Personal para la Inserción Laboral; el curso-taller Herramientas de Administración para Trabajadores por Cuenta Propia; becas de apoyo, y orientación y asistencia para la elaboración de un curriculum vitae, por ejemplo. Los responsables aclararon que la participación en Pro-Trabajo no tiene costo para el participante y que este no necesariamente debe profesar el credo católico.

"Cáritas no puede ser una oficina que haga mero asistencialismo, sino que debe hacer promoción. Por eso creé una Vicaría Episcopal de la Solidaridad y Asuntos Sociales, para que más allá de atender situaciones difíciles instauremos un dialogo con sectores que tienen que ver con lo social", indicó Zecca. Él se mostró abierto a cualquier llamado que le formule la UNT.

Por otro lado, Zecca adelantó que se reunirá con el gobernador, José Alperovich, y con el titular del Poder Judicial provincial, Antonio Estofán, para hablar del fallo del máximo tribunal de la Nación, referido a la despenalización de abortos de embarazos generados debido a una violación. "Alperovich dijo que está dispuesto al diálogo y que defiende la vida. Tengo planeado reunirme con él -aceptó de buen grado- y tengo pendiente visitar al presidente de la Suprema Corte de Justicia de Tucumán. Tengo mucha confianza en el diálogo, pero debemos ser muy serios; porque hay cosas que no se deben confundir: un fallo de la corte no es una ley", afirmó el arzobispo.