En voz baja y, por momentos, apenas audible. Así declaró ayer Adriana, la madre de Fátima, la joven que dijo haber sido secuestrada por Daniela Milhein y Alejandro González, y en cuyo cautiverio afirma haber visto a María de los Ángeles Verón. "Mi hija empezó a trabajar en la casa de la señora Milhein como niñera -explicó la mujer-. Unos días después me contó que veía que llevaban chicas a esa casa. A mí eso me dio sospechas", afirmó Adriana.

Aunque en la mayor parte del interrogatorio la testigo no recordó datos precisos, sí contó que su hija Fátima desapareció una noche, en la que había salido de su casa a realizar unas compras. "No regresaba, y unos vecinos me dijeron que la habían subido a un auto", relató Adriana. Luego hizo la denuncia en la Policía.

La mujer también expresó que Milhein y toda "la gente que andaba con ella" trabajaban para Rubén "La Chancha" Ale.

"El día anterior a que le dicten la prisión preventiva fueron a casa y me ofrecieron dinero para que mi hija cambie la declaración -dijo Adriana-. Decían que encontraron una chica a la que le decían 'Pocahontas', que era parecida a Marita, para que Fátima diga que a ella era a quien había visto", comentó Adriana. Al final de la jornada, la testigo sufrió una descompensación.

Ayer a la mañana había culminado la declaración de Fátima, que respondió las preguntas de los defensores. El defensor oficial Hernán Molina enumeró las contradicciones de algunas fechas y otros datos que dio la joven durante la instrucción y en el debate, y pidió el falso testimonio de la testigo, pero el planteo se resolverá más adelante.