BUENOS AIRES.- Hace 30 años la dictadura del general Leopoldo Galtieri decidió recuperar las Islas Malvinas, dando origen a la guerra con Gran Bretaña por la soberanía del archipiélago y, durante el transcurso de ese conflicto bélico, se pudieron ver las situaciones más extremas de la Argentina.
El desembarco despertó la esperanza del pueblo argentino de recuperar las islas tras ser arrebatadas por los ingleses en 1833. Sin embargo, la sociedad y la política protagonizaron marcos extremos.
Por ejemplo, una multitud copó el 2 de abril la Plaza de Mayo elogiando a Galtieri, mientras que tres días antes, el 30 de marzo, una movilización de la CGT contra el régimen militar fue duramente reprimida. Luego, esos dirigentes peronistas y líderes políticos, viajaron a las islas en apoyo a la recuperación. El único que no se plegó a esas contradicciones fue Raúl Alfonsín, quien siempre se opuso a entrar en guerra con los ingleses.
El conflicto transparentó las divisiones entre los militares e internas entre diplomáticos. Galtieri dialogaba con Juan Pablo II, el presidente Ronald Reagan, y el entonces secretario de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar. Pero a la vez se aceptaban armas del libio Muamar Kaddafi, se dialogaba con Fidel Castro; y el jefe de la guerrilla Montoneros, Mario Firmenich, ofrecía sus hombres para la guerra. Años atrás, a quien recordaba el conflicto se lo tildaba de "pro-militar, de derecha o facho" y hoy puede recibir la clasificación de "popular, nacional y progresista". Por eso, los argentinos deben hacer una autocrítica sobre qué ocurrió en 1982. (DyN)