Mediante una resolución firmada ayer por el juez Federal Nº 1 de Tucumán, Daniel Bejas, se identificaron los restos óseos de tres personas que habían sido encontrados en una fosa común en el ex Arsenal Miguel de Azcuénaga; entre ellos, los del ex senador peronista Damián Octavio Márquez.
"Estamos conmovidos. Después de 35 años, nuestro papá vuelve a casa. Lo lloramos muchísimo, hicimos un largo y doloroso luto. Aún recuerdo la terrible noche en que se lo llevaron", confesó Daniel, uno de los hijos del ex senador provincial, que también abrazó la política en los años 90, al ser electo legislador. Daniel, que la noche del secuestro tenía 15 años, contó a LA GACETA que días atrás tuvieron contacto con el Equipo de Antropología Forense que trabaja en el ex arsenal. Allí, los investigadores les anticiparon que existía la certeza que restos óseos hallados en una fosa pertenecían a su padre. Finalmente ayer, Daniel y sus hermanos Jorge, Sandra y Damián recibieron la confirmación de la noticia. "Lo esperamos durante mucho tiempo, sólo nos resta agradecer a todos los que durante mucho tiempo nos dieron su apoyo", expresó, a su vez, Sandra.
Según se informó desde el juzgado, de los restos humanos hallados surgió la identificación positiva de Márquez, de Pedro Guillermo Corroto Barraza y de José Máximo Tapia (estos dos últimos fueron militantes políticos de la Juventud Peronista de Monteros). Se trata de las primeras identificaciones concretadas tras el descubrimiento de 15 cuerpos en una de las fosas comunes de los ex arsenales. Ese hecho se hizo público el 14 de diciembre, cuando la Justicia Federal comunicó sobre el hallazgo.
Damián Márquez era senador provincial y secretario general del gremio de los ceramistas tucumanos. Fue secuestrado por un "grupo de tareas" la noche del 13 de enero de 1977.
La investigación para la localización de fosas comunes en el ex arsenal se había tramitado desde su inicio, en 2005, ante el Juzgado Federal Nº 2. Luego, en septiembre del año pasado, fue atraída por la megacausa penal donde se investigan los delitos en el ámbito del centro de detención que funcionó en ese predio militar, radicada en el Juzgado Federal Nº 1.
En marzo de 2011 se había detectado la primera remoción de tierra, y en esa ocasión se descubrieron restos, algunos de ellos parcialmente quemados. Junto con los huesos, se hallaron proyectiles de armas de fuego, restos de ropa y de calzados. También se detalló que algunos de los esqueletos tenían las manos atadas y que había neumáticos que se habrían utilizado para iniciar el fuego. Según la hipótesis preliminar, se estima que primero se produjo la quema de cuerpos, después la remoción de la fosa mediante el uso de la máquina y, finalmente, el relleno.
Los trabajos en el predio están a cargo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), con la colaboración del Grupo Interdisciplinario de Arqueología y Antropología de Tucumán.