La ciencia no es, ni por asomo, incompatible con los roles habitualmente femeninos. Esta conclusión fue escuchada ayer por mas de 100 alumnos de la secundaria, en su mayoría chicas, de parte de cuatro investigadoras tucumanas.

En el Salón Blanco de la Casa de Gobierno se llevó a cabo una mesa panel titulada "Las mujeres y la ciencia", organizada por la Sidetec (Secretaría de Estado de Innovación y Desarrollo Tecnológico de la Provincia) con dos objetivos, según destacó a LA GACETA, Javier Noguera, titular del organismo: por un lado, homenajear a las mujeres trabajadoras, cuyo día se celebró el 8; por el otro, estimular vocaciones científicas, no sólo, pero especialmente en las mujeres.

Se habló de ciencias "duras" y de ciencias sociales; de ciencia básica y de ciencia aplicada; de innovación tecnológica y de educación. O sea, hubo para todos los gustos.

Puntualmente las 9.30 arrancó. "En la Argentina, como ya señaló la Presidenta, se recibe un matemático por cada 700 abogados, y el país está demandando con urgencia científicos y técnicos. Y la ciencia también es cosa de mujeres", dijo Noguera luego de dar a todos la bienvenida, y cedió la palabra a las expositoras: las doctoras Mariela Roldán Olarte, de la UNT, y Graciela Cerutti, docente en la Unsta y en la UNT; la ingeniera Rossana Hadad Salomón, de la Facultad Regional Tucumán de UTN, y la ingeniera agrónoma Marcela Colombo, de la Universidad de San Pablo-T.

Diferentes miradas
Ellas explicaron cuál es su campo específico de trabajo, y en eso se diferenciaron, pero también intentaron algunas "definiciones" de ciencia, agradecieron a sus maestros, y resaltaron la importancia de la labor en equipo.

Mostraron cómo un estudio extremadamente puntual, concentrado en una molécula, puede impactar en la industria azucarera, o facilitar las técnicas de fecundación in vitro; cómo el desarrollo de tecnología aplicada a la educación puede mejorar el rendimiento "y lograr más ingenieros, que es lo que necesitamos"; cómo crear conciencia ambiental en la comunidad universitaria y lograr un "campus sustentable" .

Y todas coincidieron en que, cuestión de género aparte, lo importante es permitirse soñar y ser consecuente con el sueño: eso significa fe en uno mismo, valentía, perseverancia, espíritu curioso, esfuerzo y disciplina.