Algunos podrían titular la situación, emulando la gran obra de Gabriel García Márquez. "Crónica de una ausencia anunciada" sería el nombre que bien podría describir por qué Gonzalo José Gómez no estará sentado hoy en el banquillo de los acusados, y por qué viajó 400 kilómetros hasta La Rioja luego de que le dieran el alta, para quedar internado allá.
Desde que Gonzalo Gómez pisó los tribunales el primer día del juicio, en su cara ya evidenciaba un malestar. No había ninguna duda de que estaba molesto, indignado, por tener que ser sometido a un juicio oral. Y la acusación que pesa en su contra no es menor; lo señalan como uno de los dueños de los prostíbulos de La Rioja en los que habría estado María de los Ángeles "Marita" Verón.
Cuando Susana Trimarco, la madre de la joven desaparecida el 3 de abril de 2002, comenzó su declaración, Gonzalo Gómez no pudo quedarse callado, y en medio del testimonio le gritó que deje de mentir, que estaba afectando a toda su familia.
Roberto Flores, abogado defensor del hermano mellizo de José "Chenga" Gómez, pidió al tribunal que le permitieran a su defendido aguardar en una sala contigua, para no escuchar las palabras de Trimarco. Caminado en el pasillo, detrás de unas vallas, esperó a que terminara la audiencia. En su rostro continuaba notándose la indignación y la ansiedad.
¿Somatización?
El malestar emocional que mostraba el acusado, el jueves se convirtió en físico. Fue asistido por el servicio de emergencias, y luego los médicos del Poder Judicial informaron que debía ser intervenido quirúrgicamente por cálculos en la vesícula.
Trimarco había comenzado a responder las preguntas de Cergio Morfil, el abogado de María Jesús y Víctor Rivero. Menos de 10 minutos duró el interrogatorio del primero de los defensores que la indagaba, cuando la audiencia se suspendió, primero hasta la tarde, y finalmente para hoy a las 9.30
Gonzalo Gómez estuvo internado hasta el sábado a la mañana. El viernes a la madrugada, luego de que lo operaran en el Centro de Salud, "Chenga" se quedó cuidándolo. A la mañana llegó su pareja, Paola Ceballos, y lo acompañó en su recuperación, junto a la madre del hombre, Lidia Irma Medina, también acusada en el juicio.
El sábado a la tarde, el imputado fue visto en la terminal de ómnibus. Ante la consulta realizada a su abogado, este afirmó que viajaba a La Rioja por vía terrestre para estar con su familia, y que los médicos recomendaban varios días de reposo.
"Estaba pálido y tendrá que hacer reposo para poder recuperarse. No se si podrá estar el martes", había anticipado Flores, y agregó que la cirugía había sido compleja.
Fuera del juicio
El jueves, apenas se supo que Gonzalo Gómez debía ser operado, Flores solicitó que sea apartado del juicio, según lo previsto por el Código Procesal Penal de Tucumán. "Para no entorpecer el normal desarrollo del juicio y prosiga contra los otros 12 acusados", argumentó el abogado.
Los jueces Alberto Piedrabuena, Emilio Herrera Molina y Eduardo Romero Lascano, contestaron que analizarán el pedido en su oportunidad.
Los camaristas prefirieron esperar el informe de los médicos. Pero no esperaban que el acusado decida viajar a La Rioja apenas le dieran el alta, aunque no tiene ninguna restricción para moverse entre provincias.
Ayer a las 14, Flores presentó en la guardia policial de tribunales un escrito redactado a mano, en el que informa que Gonzalo Gómez fue internado en un sanatorio riojano por el postoperatorio. Su madre y su hermano presentarán hoy las constancias médicas de su estado de salud.
Así, cuando la audiencia se reanude, el defensor volverá a plantear su pedido para la exclusión de Gonzalo Gómez. Los jueces tendrán que estudiar el pedido, asumiendo que apartar a uno de los imputados en un juicio que apenas comenzó, y que atrae la atención de todo un país, es una decisión controversial.