"El ciberterrorismo se ha incrementado dramáticamente. Se trata de un fenómeno que evoluciona y varía de acuerdo con las innovaciones de la tecnología y herramientas de la internet que vuelven vulnerables a los usuarios generando un impacto en un gran conglomerado, que es lo que finalmente pretende el terrorismo", señaló el ministro del Interior y de Justicia de Colombia, Germán Vargas Lleras, cuando presentó el proyecto que buscaba criminalizar el ciberterrorismo en ese país.

Según Vargas Lleras, cuando equipos informáticos y sistemas operativos sean puestos al servicio de actividades terroristas es cuando, se cree, se configura la materialización de este potencial tipo penal.

La respuesta
Distintos grupos que interactúan a través de la web, conocidos como hackers, aquellos dedicados a la alteración de páginas de internet ajenas, respondieron con dureza ante la propuesta.

Puntualmente la investigación que se llevó adelante se centró en un grupo que se autodenomina "Terrorismo anónimo". Entre los portales atacados figuraba la página principal del ejército colombiano, y de varias escuelas de la fuerza de seguridad.

También fue bloqueada la página de la presidencia de Colombia, por medio de un software llamado bot. En diciembre el ataque se repitió en otros sitios de ese país, y fue autoadjudicado por el grupo de activistas cibernéticos llamado "Anonymous Hispano".

El presidente Juan Manuel Santos prometió que no iba a dejar impune esas actividades, por lo que impulsó la investigación que derivó en los ocho allanamientos que se realizaron ayer en países sudamericanos, (uno de ellos en Tucumán), y se secuestraron elementos de informática que habrían sido utilizados en los diversos ataques en la web.