Argentina y Chile mantenían intensas reuniones para evitar un conflicto armado por el canal Beagle. La AFA clausuraba el estadio de San Martín, que tuvo que jugar un partido contra Atlanta en la cancha de Atlético. El juez Ricardo Paraván procesaba a miembros del directorio de la Bolsa de Comercio de Tucumán por fraude, y la Nación anunciaba que dejaba de funcionar el tren que unía San Miguel de Tucumán con Córdoba.
Pero al mediodía de ese 14 de diciembre de 1978, Susana Trimarco y su esposo, Daniel Verón, sólo pensaban en esa pequeña beba, "blanquita, sin pelos", que nacía sietemesina.
María de los Ángeles Verón, la segunda hija de Trimarco, pasó los dos primeros meses de su vida en incubadora. Su madre estaba todos los días en el sanatorio Cantón, hasta que pudo llevarse a su hija a casa. "Marita era una bebé divina. Fue creciendo y se hizo cada día más hermosa", la recuerda Trimarco, con una enorme sonrisa.
La familia vivió en Bella Vista hasta que Marita cumplió ocho meses. Se trasladaron a un departamento en el séptimo piso del edificio de Fotia, en General Paz y Congreso.
Marita cursó el primario en el Colegio de La Merced, donde hizo su primera comunión. En el secundario asistió al Colegio Guillermina. "Le gustaba patinar; vivía con las rodillas lastimadas. Y su pasión era el dibujo, le encantaba", dijo Trimarco. Cuando quedó embarazada, suspendió sus estudios en la facultad. En 2002 pensaba retomarla; esa fue una de las últimas decisiones que había tomado cuando salió de su casa, aquel 3 de abril.
De niña a mujer
Obediente y ordenada
Susana Trimarco contó que su hija Marita era una leal compañera. "Nos controlaba todo el tiempo. ?¿A dónde vas??, preguntaba", comentó. Una de las últimas frases que le dijo a su mamá muestra su dedicación a la casa. "Quedate tranquila que yo cocino, ya vi lo que tenés en la alacena", le manifestó.
Cuando quedó embarazada cosió para su hija
Marita Verón formó pareja con David Catalán, con quien tuvo a Sol Micaela, que nació cuando ella tenía 20 años. "Marita le hizo las cortinas para ?Mica?. Tenía una máquina de coser con las que hizo las sabanitas para la cuna. Yo le ayudé, porque sabía coser al crochet", comentó Trimarco.
Siempre quiso ser artista
"A ella le gustaba dibujar. Eso es lo que quería hacer y estaba por retomar la facultad", dijo Susana Trimarco en la extensa entrevista que concedió a LA GACETA. Los recuerdos afloraron, y para contarlos Trimarco y su nieta, Micaela, cedieron fotografías que recrean la vida de Marita Verón. Familiera, controladora, amante de los patines y del canto, su vocación real era el dibujo, que estudiaba en la facultad de Artes.
Indagaron a su pareja y a su familia
Entre las numerosas hipótesis de la investigación por la desaparición de Marita, se encontraban algunas que sospechaban de su pareja, David Catalán, o de que la joven se había ido por su propia cuenta. Estas versiones aún son sostenidas por los defensores de algunos imputados. "David (Catalán) es el chico que Marita eligió y que amó. ¿Cómo pretendían que lo acuse gratuitamente?", contó Susana Trimarco, al explicar los primeros pasos de la investigación
A marita le gustaba cantar e integraba el coro
Durante horas, Susana Trimarco y Daniel Verón tenían que esperar a un costado de la pista de hielo que funcionaba en Junín al 600. "Marita era feliz patinando allí", contó Trimarco. Además, tenía una voz particular, "hermosa" según su madre, y cantaba en el coro del Colegio.
La hija de "marita" preguntaba por su mamá
"Micaela está al tanto de todo. Seguía mucho a su mamá, y cuando desapareció preguntaba todos los días por ella", contó Trimarco. Marita tenía la intención de poner un quiosco y retomar la facultad, por lo que el día anterior a desaparecer fue hasta el jardín "Semillitas", para inscribir a Micaela.