Los dedos pueden llegar a sentirse demasiado inútiles ¿Y cómo haríamos para enterarnos qué hicieron nuestros amigos en las últimas horas? Otra duda más existencial: ¿en qué ocuparíamos el tiempo que pasamos enchufados a la web? Son pocos los que imaginan por estos días cómo sería la vida si por una jornada nos quedáramos internet. "Sería como cortarnos las piernas", compararon algunos lectores. Personas, instituciones y empresas quedarían paralizadas si esto ocurriera. El impacto en la economía mundial sería enorme y las redes sociales quedarían desiertas. A nivel psicológico los efectos no serían para nada minúsculos: podríamos llegar a sentir angustia, ansiedad y hasta entrar en una crisis de abstinencia.

Suena tremendo. Pero podría ocurrir en algún momento. El debate en Estados Unidos del proyecto contra la piratería desencadenó esta semana la amenaza de un apagón en internet durante una jornada. Enseguida sobrevoló un interrogante: ¿qué pasaría si un día cualquiera la web se no está disponible?

Muchos dirán que si antes podíamos vivir sin internet, no sería imposible hacerlo por unas horas. Claro que no sería imposible, pero sí difícil ya que en 20 años la web logró que casi toda la actividad humana esté relacionada con ella.

Las cifras del fenómeno
Esta semana, medios nacionales e internacionales difundieron una serie de números que nos ayudan a entender por qué sería tan grande el efecto de no contar con acceso a la red. Los negocios de todo el mundo que usan internet en algunas de sus operaciones podrían sufrir una merma del 65% en sus transacciones. Todo el sistema financiero mundial se sentiría afectado si hubiese un apagón algún día, advierten los expertos. Sufrirían, además, los gobiernos, las instituciones y el sistema educativo.

También se verían afectadas las más de 2.100.000 actualizaciones de blogs que se realizan por día, de acuerdo a las cifras publicadas en el sitio www.go-globe.com. En cada jornada, se registran más de 100.000 dominios nuevos en la web, se escriben unos 936.000.000 comentarios en Facebook y se emiten casi 103.000.000 tweets.

Lo padecerían aquellos que en sus lugares de trabajo están acostumbrados a revisar constantemente distintas páginas web. Aquellos que, mientras viajan en taxi, realizan un trámite y chequean sus mails en la red del celular. Los que trabajan desde su casa, los que se informan en la web y los que la usan para interactuar con sus contactos.

El psiquiatra Oscar Fiorio no descarta que en muchas personas la falta de internet puede hasta generar síndrome de abstinencia. Esto, en la actualidad, se evidencia en quienes demuestran una adicción a la web. Lo sufren cuando se daña o no funciona la computadora y los invade una fuerte necesidad de ingresar a internet como sea.

"Generalmente, alguien que acostumbra a usar la web a diario puede sentir angustia o malestar por no poder acceder. Quienes más sufrirían, sin dudas, son aquellos que tienen una fuerte dependencia, que postergan todo en la vida por estar en internet", detalla el médico.

¿Qué es lo que más padecerían los fanáticos de la web?, le consultamos. "Hay personas que obtienen un enorme placer sólo por recibir un mail, un mensaje de facebook o porque alguien los haya citado en el twitter. Pasan el día chequeando una y otra vez si tienen nuevas notificaciones. Se desvelan por la noche para verificar cuáles son las novedades en la red. El no poder hacer esto les produciría mucha insatisfacción", señala Fiorio.

Según el experto, la aparición de los teléfonos inteligentes, que tienen acceso a internet, potenció la dependencia a la red, especialmente entre los jóvenes.

"Un día sin internet no sería tan malo si nos permite ver que dejamos de hacer muchas cosas importantes, como leer, visitar a un amigo o realizar una actividad física", señala el experto. Luego aclara que la web no es mala. "Potencia nuestra capacidad de relacionarnos y es una herramienta muy importante para nuestros conocimientos. Es obvio que ya no podríamos vivir sin ella. Sin embargo, hay que tratar de ser equilibrados en cuanto a su uso. Es bueno entender que esta herramienta debe estar al servicio de nosotros y no al revés", reflexionó.

Cuestión de poder
En EE.UU., donde continúa el ciberescándalo y las fuertes presiones de la industria tecnológica, se postergaron las votaciones previstas para la semana próxima sobre dos leyes que autorizan el bloqueo de sitios acusados de violar los derechos de propiedad intelectual sin que para ello sea necesario proceso judicial alguno.

Sin embargo, el miedo a quedarse un día sin internet, por ahora, no desapareció. El temor de gran parte de la población, según los expertos, tiene que ver con que la red se ha convertido en un valor en sí mismo: hoy tener tecnología nos facilita hacer muchas cosas a la vez. Sentimos que tenemos el control de las cosas. Quedarnos sin la web nos haría sentir, de repente, que hemos perdido poder.