WASHINGTON, Estados Unidos.- Fueron dos días de lucha incesante. Internautas de todo el mundo se unieron por una causa y lograron su cometido. Finalmente, las leyes SOPA y PIPA se enfrían y apagan, respectivamente, luego que el Senador demócrata, Harry Reid, anunciara la cancelación de la votación de ambos proyectos, programada para el martes 24 de enero.
El "apagón" organizado por Wikipedia y los recientes ataques cibernéticos de Anonymous, sumado al repudio masivo de personas comunes a través de las redes sociales fueron razones suficientes para replantear la estrategia anti-piratería.
Está claro que esto no significa, de ningún modo, el fin de la historia. Por el contrario, es sólo un capítulo, ya que se trata de una suspensión temporal. "Debemos esperar hasta que haya mayor consenso", confesó Reid.
No podían faltar las palabras del autor de la Ley SOPA, Lamar Smith, quien a través de un comunicado aclaró que seguirán buscando la forma de combatir a los ladrones e imitadores de contenido e ideas. "Está claro que debemos revisar nuestra perspectiva para solucionar de la mejor manera posible el problema de los ladrones extranjeros que roban y venden inventos y productos americanos”, escribió.
Fue por demás curiosa la reacción de los parlamentarios estadounidenses cuando las protestas virtuales comenzaron a resonar en el mundo. Antes del "apagón" y los ataques a Universal Music, el Departamento de Justicia y la Casa Blanca -por parte de Anonymous- había 48 promotores de la polémica ley, contra sólo seis opositores. Hoy, aún hay más congresistas a favor que en contra, pero el número es claramente menor y se equipara al de detractores: 32 contra 25, con todavía más de tres cuartas partes del recinto indeciso.
Quizás lo que terminó de echar por tierra los proyectos anti-piratería fue el retiro del apoyo de los cuatro candidatos presidenciales del Partido Republicano: Newt Gingrich, Mitt Romney, Ron Paul y Rick Santorum.
No se sabe cuándo volverá a ser prioridad, pero los internautas ganaron la batalla contra SOPA y PIPA. La guerra, continua. (Huffington Post - Especial)