Empezó como una marcha pacífica para pedir justicia por la muerte de Constanza González, la adolescente de 14 años asesinada en la puerta de su casa cuando volvía de una fiesta. Pero el reclamo fue subiendo de tono y terminó con una mujer herida y pedradas contra la comisaría.

La mamá y el papá de "Conty" asomaron por la esquina de la plaza 24 de Septiembre de Alderetes a las 19.50. Los escoltaban cientos de parientes, vecinos, amigos y allegados a otras víctimas de la inseguridad.

Eran más de 500 las personas que daban vueltas alrededor del paseo, de todas las edades. Algunas elevaban carteles con pedidos de justicia y fotos de la joven. Otras encendían velas y caminaban en silencio junto a la familia, bajo las gotas de lluvia que comenzaban a caer.

Pero a los pocos metros de iniciada la movilización, Karina Millares, la mamá de "Conty", se desvaneció y tuvieron que separarla del grupo. Cuando recuperó el conocimiento, la mujer se puso de pie e insistió en retomar la marcha.

En la segunda vuelta, además de la gente que se acercaba permanentemente, se sumaron los aplausos y los bocinazos de los autos y las motos que detenían la marcha para apoyar el reclamo.

Los González caminaron tres veces alrededor de la plaza. Después se detuvieron frente a la comisaría y comenzaron a exclamar pedidos de justicia. Nadie salió del lugar.

La impotencia y la desesperación de Karina hicieron que se desmayara nuevamente. "Pobre mi hija, miren qué linda que era, no tenían derecho a matarla", fue lo único que llegó a decir.

Que cambien las leyes

Los organizadores de la marcha pidieron a la gente que los acompañe hasta el centro de la plaza, donde habían preparado un micrófono y una tarima para los oradores de la tarde. El viento era cada vez más fuerte y la lluvia aumentaba su intensidad. Eso hizo que las declaraciones duraran poco.

"No pido que me devuelvan a mi hija, porque nadie me la va a devolver. Pero sí pido justicia. ¿Qué hago ahora con mis otros hijos, con mi esposa? ¿Cómo hago para seguir viviendo?", se preguntó José González, el papá de "Conty". "Me quitaron a mi hija, una chiquita de 14 años que no le hizo mal a nadie. Pregunten quién era Constanza, cómo la hemos criado, en qué momento la hemos descuidado. Nunca. Y todo para que ahora venga este hijo de puta y me la arrebate en la puerta de mi casa", agregó conmovido.

Detrás de un cartel que mostraba a la adolescente sonriente, con un vestido floreado, apareció su tía, Liliana Lucena. "Queremos que actúe el Gobierno y modifique las leyes, que los jueces sean libres de juzgar; Tucumán necesita una ley adecuada de protección a los testigos, que la gente pueda decir lo que ha visto y esté protegida", imploró la mujer.

Otro tío de "Conty", Pablo González, explicó en qué consiste el reclamo. "Venimos a pedir que las leyes empiecen a ampararnos , a actuar a favor de nosotros y que aquellas personas que sufrieron esta misma desgracia se nos unan".

Como ya lo señalaban en algunas pancartas, Pablo aclaró: "no tenemos ningún fin político, lo único que queremos es que se haga justicia. Es un simple pedido para los jueces, para los fiscales, para los legisladores, que se pongan en nuestra piel y sientan que así no podemos seguir estando".

Disturbios

A medida que corrían los minutos, la lluvia y el viento eran más intensos. Eso habría sido la causa de un apagón que dejó a todos a oscuras en la plaza. En ese instante, Alberto Lebbos (padre de la joven Paulina Lebbos, asesinada 2006) tomó el micrófono y, cuando su discurso se tornó más político, los familiares de "Conty" abandonaron de golpe el lugar.

Simultáneamente, un grupo de gente que había permanecido frente a la comisaría lanzaba insultos y acusaciones. Entre el disturbio y la oscuridad, el viento tiró abajo un cartel con la leyenda "Municipalidad de Alderetes" que se encontraba en esa esquina. Una mujer que estaba al lado resultó herida y tuvieron que llevarla en ambulancia.

Esa situación enfureció todavía más a la multitud, que tomó el cartel -de unos tres metros de largo- e intentó destrozarlo contra la sede policial. Algunos agentes salieron a detenerlos, pero la gente los ahuyentó lanzándoles piedras. Pese a la intensidad del viento y el agua, se quedaron allí hasta que destruyeron por completo la estructura y le prendieron fuego.

Ante este desborde, la familia González decidió modificar la modalidad del reclamo. Roberto Millares, el abuelo de la víctima, anunció que la próxima marcha se realizará el martes, en el barrio Nicolás Avellaneda, donde viven.

Además, Millares se desvinculó de algunos sectores. "Hay gente que tiene intenciones políticas, que está reclamando con violencia y de manera personalizada, pero nosotros no queremos eso", concluyó.