El crimen de Constanza González en la puerta de su casa a manos de delincuentes hizo recordar las muertes de Silvia Castillo de Roselló y de Elda Ana Hovannes. Ambas murieron luego que les dispararan al intentar robarles.
El caso más similar es el de Castillo de Roselló. El 13 de diciembre de 2009, la mujer volvía junto a su marido, Claudio Roselló, y sus tres hijos, a su vivienda ubicada en el pasaje Bascary al 4.100, en el barrio Parque Ciudad.
Cuando la mayor de los hijos del matrimonio descendió del vehículo para abrir el portón, Castillo de Roselló observó a un joven que se acercaba con un arma en sus manos. "¡Mirá!", dijo la mujer, y su marido aceleró el auto, recibiendo como respuestas varios disparos.
Una de las balas traspasó el parabrisas y dio en la frente de la mujer, que estaba sentada en el asiento del acompañante, y tenía a su hijo más pequeño en sus piernas. Roselló fue inmediatamente al hospital Padilla, pero ya era tarde: su mujer había fallecido.
Ampliación Kennedy
Elda Hovannes salía de su casa, en la esquina de Federico Helguera y pasaje Monserrat, en el barrio Ampliación Kennedy, en 19 de julio. La mujer acababa de cerrar la puerta del domicilio y estaba por subir a un taxi, cuando fue abordada por un motoarrebatador, que intentó quitarle la cartera.
Hovannes se resistió al robo. Un cómplice le apuntó al taxista y lo obligó a quedarse en el vehículo, mientras el delincuente ejecutó a la mujer, que murió en la vereda.
Por el crimen de Castillo de Roselló hay dos detenidos, aunque la causa aún no ha sido elevada a juicio oral y en estos días se cumplirán los dos años de prisión preventiva y podrían salir en libertad.
Por el homicidio de Hovannes no hay ni un imputado, sólo una lista de sospechosos a quienes se les extrajo una muestra de ADN. A pesar de que pasaron seis meses del crimen, el cotejo genético aún no se ha realizado.
Cifras alarmantes
La Policía se jactó siempre de que en Tucumán no había, prácticamente, homicidios en ocasión de robo. De hecho, hasta el 2010, en los últimos años se había producido un caso cada 12 meses en los que las víctimas fallecían en manos de sus asaltantes.
En 2011 esa cifra se disparó. El caso de Hovannes fue uno más en una larga lista que incluye a Marcela Aragón (asesinada en el barrio Copiat), Mauro Iván Sénneke (Delfín Gallo y Rivadavia), Juan Carlos Leguizamón (Barrio Juan B. Terán), y una decena más. La Policía lanzó tres programas de seguridad para tratar de revertir el problema.