Aunque uno conozca la historia de antemano, cuesta conciliar la imagen de un ex capitán de Los Pumas en el fragor de la lucha con este neurocirujano de inmaculado delantal y expresión serena que es hoy Pablo Garretón.
Recientemente elegido como presidente de Universitario, Garretón aceptó gustoso el desafío y apunta a una devolución de gentilezas para con el club que lo cobijó desde sus primeros destellos.
"El objetivo de Universitario siempre fue el mismo: promover la excelencia deportiva y humana. Por eso nosotros nos dirigimos a una renovación de la infraestructura, a un mejoramiento en lo institucional y social, y a la consolidación en lo deportivo", señaló .
Su status de leyenda del rugby es aval suficiente para otorgarle crédito. Pero el ex tercera línea de "Uni" tiene bien en claro que éste, además de ser un partido difícil, durará más de 80 minutos.
"Sabemos que el trabajo por hacer es gigantesco. Pero nos motiva el compromiso y la responsabilidad", expresó la ex gloria de Ojo de Agua, que también se permitió opinar del rugby tucumano en general: "Tucumán, como líder, tiene que ayudar al resto de la región a crecer, y tener a la vez su torneo local, para una mayor interacción entre los clubes tucumanos.
"Esa interacción es vital, porque lo que pasa dentro de las líneas de cal es sólo una pequeña parte de algo mucho más grande. El rugby es compartir con los amigos, de tu club y de los demás clubes. En lo que sí estoy totalmente en desacuerdo es en que haya descensos", consideró.
Hombre de hierro
El hombre algo entiende de esfuerzo. El rugby le dio un espíritu perenne de lucha que hoy le impide quedarse quieto.
"Siempre busqué algo con qué llenar ese vacío deportivo que me quedó tras mi retiro. Habitualmente salgo a correr y andar en bicicleta, pero sin un objetivo en particular", contó, con algo de nostalgia.
El objetivo llegó, en forma de convenio con la divinidad. "Un amigo mío tuvo un problema, y yo hice la promesa de que si se solucionaba todo, iba a competir en un triatlón. Finalmente decidí participar en el ?Ironman? que se hizo en Punta del Este a principios de diciembre", relató. Esta competencia no es para cualquiera. Se trata del más duro de los triatlones: 3,8 kilómetros a nado, 180 en bicicleta y 42 al trote.
"Me preparé muy duramente. Empezaba a las 5 de la mañana y nadaba en la pileta a veces con agua helada. Por suerte tuve algunos amigos, como Hugo Marcantonio, que me dieron consejos valiosísimos", recordó.
"Desde que empecé la carrera me propuse llegar como fuera. En esas pruebas el final es muy emocionante, porque encontrás a tu familia en la línea de llegada. Mi esposa Dolores estaba ahí, esperándome. Lo único que atiné en esos últimos 100 metros fue alzar la mirada al cielo y darle gracias a Dios por haberme dado la posibilidad de hacerlo", compartió la hazaña el ex capitán. Una de tantas...