El ex senador provincial Guillermo Vargas Aignasse ya no es más un desaparecido: desde ayer es un hombre asesinado durante la última dictadura militar.

El legislador Gerónimo Vargas Aignasse, uno de sus hijos, le confirmó a LA GACETA que recibió la notificación de parte del Juzgado Federal Nº 2, que encabeza Fernando Poviña, de que una muestra ósea, hallada en el Pozo de Vargas, coincide en un 99,9% con el perfil genético de sus tres hermanos: María Marta, Guillermo y Mariana. La confirmación de que se trata del ex senador da cuenta de tres aspectos relacionados con los crímenes cometidos en los 70, según reflexionó el legislador: que en Tucumán hay detenidos-desaparecidos; que la hipótesis de guerra contra la subversión pierde sustancia, ya que se trata del homicidio de un político elegido en democracia, no de un guerrillero marxista; y que el Pozo de Vargas sí funcionó como una fosa común de personas privadas de su libertad y luego asesinadas.

El ex militar Antonio Domingo Bussi -interventor de Tucumán entre 1976 y 1978 y gobernador elegido por el voto popular entre 1995 y 1999- murió el pasado 24 de noviembre habiendo sido condenado a cadena perpetua únicamente por ser coautor, junto con el también represor Luciano Benjamín Menéndez, de la desaparición de Vargas Aignasse, en 1976. Bussi estaba involucrado en otras 26 causas por delitos de lesa humanidad y pasó sus últimos años de vida cumpliendo arresto domiciliario en una casa de un country de Yerba Buena. Nunca estuvo preso en una cárcel común.

En esta causa, Bussi y Menéndez fueron sentenciados en agosto de 2008 por violación de domicilio, privación ilegítima de la libertad agravada, tormentos reiterados, desaparición forzosa, homicidio calificado, asociación ilícita y genocidio, cargos que el Tribunal Oral Federal de Tucumán consideró de lesa humanidad.

Luego de conocer la noticia, Gerónimo Vargas Aignasse reflexionó que la condición de desaparecido es la peor a la que se puede someter a un ser humano. "Es el limbo del horror", dijo.

Sin salida
"Uno siempre tiene la esperanza de que lo va a encontrar. Siempre. Cuando yo era chico soñaba con que él tocaba el timbre y venía. Es algo que a veces me pasa. Imaginar que de grande lo conozco, que comparto cosas con él, que hablo con él. Cuando uno no ha visto muerto a su ser querido no puede terminar de resolver el duelo. Eso es lo perverso de la figura de desaparecido. No puede terminar de cerrar eso, ¡no te resignás nunca a que esté muerto! A veces pensás que vivís una pesadilla y que la realidad es otra", dijo Gerónimo Vargas Aignasse.

Según contó, ayer por la mañana su hermana María Marta recibió la comunicación del Juzgado Federal y a las 17, en una audiencia con Poviña, les dieron los resultados del cotejo de la sangre extraída de ella, Guillermo y Mariana con el ADN del segundo metatarsiano de un pie derecho completo de su padre, que se encontraba en una media en el Pozo de Vargas, según el informe del Equipo Argentino de Antropología Forense, suscripto por su presidente, Luis Fondebrider, y al que tuvo acceso LA GACETA.

"Nos sentimos conmocionados porque hay un elemento más para aportar a la historia, a la reconstrucción de lo que fueron los 70 en la Argentina. El Pozo de Vargas es una fosa común, seguramente con cientos de cuerpos de víctimas de la dictadura, lo que ha sido negado sistemáticamente por los dictadores, como pasó en el juicio de la causa Vargas Aignasse, donde el condenado (Bussi) miserablemente dijo que mi padre había sido un buchón, matado por sus compañeros. Esto demuestra que ni siquiera tuvo el valor de hacerse cargo y de reconocer su responsabilidad en un hecho así", sostuvo el legislador y ex diputado kirchnerista.

Veinte días antes de la sentencia, durante el juicio, el represor Bussi dijo que había gestionado la liberación de Vargas Aignasse en 1976 porque este ya había aportado documentación delatando a sus compañeros de ruta. "Comprobamos que era un perejil y un buchón", bramó el represor.

Reconstrucción
Gerónimo Vargas Aignasse dijo que el hallazgo de ayer alimentará la esperanza de muchas familias que siguen buscando a sus familiares. "Nos interesa que pueda seguir trabajando el equipo antropológico para lograr la reconstrucción del cuerpo en la mayor cantidad posible. Ojalá que sea el 100%, aunque eso va a ser difícil porque es una fosa común, donde había mucha agua, donde hay muchísimos escombros, y cuyo objetivo era que las personas no aparezcan más; borrar todo rastro y toda huella", aseveró. Expresó que una vez que se consume todo el proceso científico, la familia le buscará al ahora senador asesinado una sepultura digna.

"En 2002, durante mi primera gestión como legislador, integré la comisión de Derechos Humanos, que presidía Gumersindo Parajón, y nadie quería ir (al Pozo de Vargas). Nadie le daba importancia a esto. Se decía que eso era una mentira, que había sólo restos de animales, que no era una fosa común. Nosotros, igualmente, le pedimos que avanzara en la investigación al juez federal (Felipe Terán, destituido en 2006 por el escándalo de los títulos de la deuda pública). Después, llegaron las grupos de Derechos Humanos, con un enorme aporte, con una militancia, una fe y una voluntad inquebrantables para lograr el avance de las causas", expresó Gerónimo Vargas Aignasse, y destacó el impulso a la realización de los juicios sobre crímenes de lesa humanidad que le dio el Gobierno nacional desde 2003.

"Esto no sólo debe ser una política de Estado, sino una decisión del país, de recuperar hasta el último desaparecido, la identidad del último nieto apropiado, y que la historia se escriba con verdad y con justicia", afirmó.