Al salir de la sala de entrevistas de LA GACETA, ella apagó la luz y aseveró: "hay que cuidarla". Elisa Colombo es doctora en Física. Dirige el Instituto de Investigación en Luz Ambiente y Visión (UNT- Conicet) y es titular de la especialización de posgrado Mavile (nota de abajo).

"Nosotros estudiamos todo lo que tiene que ver con la iluminación y el campo visual -informa-. Hay luz visible y también hay otra invisible -infrarrojo, ultravioleta-, pero el ojo sólo ve cierto rango y eso lo medimos con instrumentos adaptados con filtros. Por eso, en lo que sería la base de este campo siempre está presente la influencia de los factores humanos. Necesitás los ingenieros para hacer los instrumentos pero también tenés que saber cómo funciona el sistema de la visión y por qué vemos como vemos. Además hay otros efectos de la luz no visuales, relacionados con el mensaje de la luz, en relación con el ambiente, con la percepción sensorial que te dice si te sentís cómodo o no".

Qué hace un iluminador

Colombo quiere que se conozca una nueva carrera de grado, la de diseñador en Iluminación, que es única en Latinoamérica ya que sólo se dicta en la UNT, que dirige Graciela Tonello, (doctora en Psicología).

Un profesional de la especialidad tiene que iluminar eficazmente un geriátrico, una sala quirúrgica, un aula primaria, un anfiteatro, una fábrica... Y también debe saber apreciar un patrimonio histórico.

"Hay requerimientos funcionales y estéticos muy diversos -explica Colombo-. Por ejemplo, en una fábrica textil es importante que se distingan correctamente los colores. Este amplio campo, que cambia constantemente, a la par del desarrollo tecnológico y que requiere mucha articulación, se viene trabajando desde los 60 pero en los 90 cobra la impronta de la interdisciplinariedad, por la necesidad de juntar todos los aportes para poder dar una respuesta buena a cada desafio".

De ahí el perfil netamente interdisciplinario de la formación: se estudia física, matemática, psicología, fotometría, diseño, arquitectura, historia, entre otras materias.

Una mala iluminación influye negativamente en el estado de ánimo de las personas. En cambio la buena calidad de la luz hace a la calidad de vida en distintas escalas, hasta en los detalles más cotidianos: es bueno saber que un pasillo oscuro en la casa es para una persona mayor una boca de lobo que la inmoviliza. O que los lugares donde hay que poner luces más eficientes es donde deben estar encendidas más tiempo.

"En el diseño lumínico una plaza -ejemplifica la experta- lo importante es que se vea la plaza, no los artefactos, no te tienen que atraer las luces ni deslumbrarte".