Edificios sustentables y más plazas son parte de la solución para afrontar el calor urbano, coinciden diversos expertos consultados para esta producción. El primer paso, sostienen, es admitir que existe un problema, algo que Tucumán no puede pasar por alto si es que quiere sobrevivir al cambio climático global.
Una buena medida sería reformar el Código de Edificación para exigir y darle alguna retribución a quienes construyan de manera sustentable, recomienda el urbanista Rafael Caminos.
Según los especialistas, es fundamental crear más espacios verdes para afrontar el impresionante avance del gris en la ciudad.
Una buena alternativa son las terrazas verdes en los edificios. Tucumán ya cuenta con una ordenanza (sancionada en 2010) que prevé que todos los edificios que se construyan deberán contar con vegetación en sus terrazas: árboles en grandes macetas o superficies cubiertas de césped. Sin embargo, hasta ahora no se aplicó. Más allá de los beneficios estéticos, los techos verdes mejoran la calidad del aire y gracias a ellos se necesitarían menos recursos para refrigerar los ambientes, porque la presencia de árboles ayuda a bajar la temperatura.
Caminos también participó de un proyecto que ya fue presentado en el Concejo Deliberante capitalino y aún no fue tratado. Prevé que todo edificio nuevo -de cinco pisos o más- tenga que ceder a la Municipalidad un área mínima de terreno para espacio verde de uso público.
"Como sea, es necesario empezar a tomar medidas. En el centro cada vez tenemos más edificios, lo que modifica la densidad poblacional. Pero a diferencia de los barrios, que siempre tienen que prever un espacio para plazas, estos edificios no ayudan a mantener el equilibrio ambiental", explicó.
De hecho, el centro de la ciudad es el espacio que menos metros cuadrados de verde tiene por habitante: en la zona céntrica, por ejemplo, el asfalto le gana "por goleada" al verde. Los espacios con vegetación representan sólo el 4,1% frente al 95,9% de cemento.
Los efectos de ese avance del cemento se sienten bastante.
"Hay situaciones que se deben empezar a revisar: como por ejemplo la construcción de edificios vidriados. No son los más óptimos para nuestro clima, ya que absorben mucho el calor. Hay que transformar la ciudad para hacerla más sustentable. El problema es que ni siquiera asumimos que tenemos un problema", concluyó.
Una buena medida sería reformar el Código de Edificación para exigir y darle alguna retribución a quienes construyan de manera sustentable, recomienda el urbanista Rafael Caminos.
Según los especialistas, es fundamental crear más espacios verdes para afrontar el impresionante avance del gris en la ciudad.
Una buena alternativa son las terrazas verdes en los edificios. Tucumán ya cuenta con una ordenanza (sancionada en 2010) que prevé que todos los edificios que se construyan deberán contar con vegetación en sus terrazas: árboles en grandes macetas o superficies cubiertas de césped. Sin embargo, hasta ahora no se aplicó. Más allá de los beneficios estéticos, los techos verdes mejoran la calidad del aire y gracias a ellos se necesitarían menos recursos para refrigerar los ambientes, porque la presencia de árboles ayuda a bajar la temperatura.
Caminos también participó de un proyecto que ya fue presentado en el Concejo Deliberante capitalino y aún no fue tratado. Prevé que todo edificio nuevo -de cinco pisos o más- tenga que ceder a la Municipalidad un área mínima de terreno para espacio verde de uso público.
"Como sea, es necesario empezar a tomar medidas. En el centro cada vez tenemos más edificios, lo que modifica la densidad poblacional. Pero a diferencia de los barrios, que siempre tienen que prever un espacio para plazas, estos edificios no ayudan a mantener el equilibrio ambiental", explicó.
De hecho, el centro de la ciudad es el espacio que menos metros cuadrados de verde tiene por habitante: en la zona céntrica, por ejemplo, el asfalto le gana "por goleada" al verde. Los espacios con vegetación representan sólo el 4,1% frente al 95,9% de cemento.
Los efectos de ese avance del cemento se sienten bastante.
"Hay situaciones que se deben empezar a revisar: como por ejemplo la construcción de edificios vidriados. No son los más óptimos para nuestro clima, ya que absorben mucho el calor. Hay que transformar la ciudad para hacerla más sustentable. El problema es que ni siquiera asumimos que tenemos un problema", concluyó.
Una buena medida sería reformar el Código de Edificación para exigir y darle alguna retribución a quienes construyan de manera sustentable, recomienda el urbanista Rafael Caminos.
Según los especialistas, es fundamental crear más espacios verdes para afrontar el impresionante avance del gris en la ciudad.
Una buena alternativa son las terrazas verdes en los edificios. Tucumán ya cuenta con una ordenanza (sancionada en 2010) que prevé que todos los edificios que se construyan deberán contar con vegetación en sus terrazas: árboles en grandes macetas o superficies cubiertas de césped. Sin embargo, hasta ahora no se aplicó. Más allá de los beneficios estéticos, los techos verdes mejoran la calidad del aire y gracias a ellos se necesitarían menos recursos para refrigerar los ambientes, porque la presencia de árboles ayuda a bajar la temperatura.
Caminos también participó de un proyecto que ya fue presentado en el Concejo Deliberante capitalino y aún no fue tratado. Prevé que todo edificio nuevo -de cinco pisos o más- tenga que ceder a la Municipalidad un área mínima de terreno para espacio verde de uso público.
"Como sea, es necesario empezar a tomar medidas. En el centro cada vez tenemos más edificios, lo que modifica la densidad poblacional. Pero a diferencia de los barrios, que siempre tienen que prever un espacio para plazas, estos edificios no ayudan a mantener el equilibrio ambiental", explicó.
De hecho, el centro de la ciudad es el espacio que menos metros cuadrados de verde tiene por habitante: en la zona céntrica, por ejemplo, el asfalto le gana "por goleada" al verde. Los espacios con vegetación representan sólo el 4,1% frente al 95,9% de cemento.
Los efectos de ese avance del cemento se sienten bastante.
"Hay situaciones que se deben empezar a revisar: como por ejemplo la construcción de edificios vidriados. No son los más óptimos para nuestro clima, ya que absorben mucho el calor. Hay que transformar la ciudad para hacerla más sustentable. El problema es que ni siquiera asumimos que tenemos un problema", concluyó.
Una buena medida sería reformar el Código de Edificación para exigir y darle alguna retribución a quienes construyan de manera sustentable, recomienda el urbanista Rafael Caminos.
Según los especialistas, es fundamental crear más espacios verdes para afrontar el impresionante avance del gris en la ciudad.
Una buena alternativa son las terrazas verdes en los edificios. Tucumán ya cuenta con una ordenanza (sancionada en 2010) que prevé que todos los edificios que se construyan deberán contar con vegetación en sus terrazas: árboles en grandes macetas o superficies cubiertas de césped. Sin embargo, hasta ahora no se aplicó. Más allá de los beneficios estéticos, los techos verdes mejoran la calidad del aire y gracias a ellos se necesitarían menos recursos para refrigerar los ambientes, porque la presencia de árboles ayuda a bajar la temperatura.
Caminos también participó de un proyecto que ya fue presentado en el Concejo Deliberante capitalino y aún no fue tratado. Prevé que todo edificio nuevo -de cinco pisos o más- tenga que ceder a la Municipalidad un área mínima de terreno para espacio verde de uso público.
"Como sea, es necesario empezar a tomar medidas. En el centro cada vez tenemos más edificios, lo que modifica la densidad poblacional. Pero a diferencia de los barrios, que siempre tienen que prever un espacio para plazas, estos edificios no ayudan a mantener el equilibrio ambiental", explicó.
De hecho, el centro de la ciudad es el espacio que menos metros cuadrados de verde tiene por habitante: en la zona céntrica, por ejemplo, el asfalto le gana "por goleada" al verde. Los espacios con vegetación representan sólo el 4,1% frente al 95,9% de cemento.
Los efectos de ese avance del cemento se sienten bastante.
"Hay situaciones que se deben empezar a revisar: como por ejemplo la construcción de edificios vidriados. No son los más óptimos para nuestro clima, ya que absorben mucho el calor. Hay que transformar la ciudad para hacerla más sustentable. El problema es que ni siquiera asumimos que tenemos un problema", concluyó.