Los restos de ex militar Antonio Domingo Bussi, quien murió esta tarde en Tucumán, fueron despedidos por familiares y amigos en una ceremonia íntima, en la funeraria Flores de esta capital. El oficio religioso estuvo a cargo del Monseñor Luis Randisi, tras lo cual el féretro fue retirado por una combi que emprendió viaje hacia la localidad bonaerense de Pilar, donde el sábado se producirá el sepelio.
Además de los familiares, en la sala estuvieron presentes también allegados del ámbito político, como el ex vicegobernador de Bussi, Raúl Topa, y el concejal Claudio Viña, quien llegó en compañía de Ricardo Bussi, el hijo del ex gobernador de facto. La familia organizó para mañana una misa en la iglesia San Roque, de esta capital.
Bussi falleció esta tarde, a las 16.45, según el parte médico que difundió el Instituto de Cardiología, a causa de severos problemas cardíacos, agravados por complicaciones renales y pulmonares. En los últimos meses, las internaciones del ex gobernador de facto se hicieron cada vez más frecuentes, a partir del agravamiento de su cuadro de afección cardíaca y pulmonar.
En los últimos días, además, sufrió complicaciones en los riñones y en el hígado. "Hemos acordado con los médicos no hacerle tratamientos invasivos: no dializarlo ni ponerle respirador artificial, porque no tiene sentido extender la agonía. Quedó en manos de Dios. Estamos toda la familia a su lado, acompañándolo", había dicho ayer por la tarde uno de sus hijos, el legislador provincial Ricardo Bussi, desde el sanatorio en el que permanecía internado desde el lunes.
El represor había sido condenado a cadena perpetua en 2008 por el secuestro y el asesinato del ex senador peronista Guillermo Vargas Aignasse, durante la última dictadura militar.
En Tucumán, Bussi asumió en la madrugada del 24 de marzo de 1976 como interventor militar, tarea que desempeñó hasta diciembre de 1977. En su despedida, el represor sostuvo que había conseguido la pacificación de la provincia y le entregó el mando a Montiel Forzano.
Ya en los 80, el ex gobernador de facto inició su carrera política: salió cuarto en las elecciones provinciales de 1987 y un año después fundó el partido Fuerza Republicana. Precisamente, esta organización gravitó en la vida política provincial durante los 90. De hecho, Bussi fue electo diputado nacional en 1993 y, dos años después, elegido gobernador.
En los comicios del 3 de julio de 1995, la fórmula Bussi-Raúl Topa había alcanzado 262.000 votos, contra los 170.187 del Frente de la Esperanza (Olijela Rivas-José Carbonell). El tercer lugar lo había ocupado el ex rector de la UNT, Rodolfo Campero, acompañado por Raúl Robin (UCR), con 108.797 sufragios.
Desempeñó ese cargo hasta 1999, envuelto en la polémica. En 1997, por ejempo, pronunció una de sus frases más famosas: "ni lo niego ni lo afirmo", replicó en respuesta a un informe del juez español Baltasar Garzón referido a las cuentas bancarias en Suiza de militares argentinos; entre ellos, del propio Bussi. Por la convulsión política, la Legislatura lo sometió a un proceso de juicio político, pero no logró destituirlo.
Desde que finalizó su mandato gubernamental, la carrera política de Bussi entró en declive. En 1999, luego de haber sido electo diputado nacional, no pudo asumir porque su pliego fue rechazado por el Congreso de la Nación. En 2003, fue electo como intendente de San Miguel de Tucumán, aunque tampoco pudo asumir porque ya había sido detenido por violaciones a los derechos humanos.Desde mañana, jueves, Bussi debería haber sido sometido a un nuevo juicio oral, pero había sido apartado de la causa por razones de salud, al igual que su ex jefe militar Luciano Benjamín Menéndez.
El Tribunal Oral Federal de Tucumán iniciará el juicio por violación de domicilio, privación ilegítima de libertad y homicidio agravado, en perjuicio de Juan Carlos Aguirre y Margarita Susana Azize Weiss. Los hechos se produjeron en los 70, durante la dictadura militar. El único que será juzgado por el caso es el ex policía Roberto Heriberto "Tuerto" Albornoz. LA GACETA ©