La morocha, de unos 40 años, toca el timbre en vano. El cable está desconectado. Se pone furiosa. "Imaginate, esperé cinco horas para ser atendida en la guardia del (hospital) Padilla. Ahora, que ya me vieron y me recetaron una pomada y un calmante para la contractura encuentro la farmacia cerrada", reniega Silvana Barros. Resoplando, camina por la vereda del local, que abre hasta la medianoche. "Ya es la 1 de la mañana, ¿hasta qué hora seguiré dando vueltas?", se pregunta.

"No me arriesgaré a volver a casa. Fuera de las cuatro avenidas nunca hay una farmacia abierta", dice antes de partir desde el local ubicado frente al Padilla hacia otro negocio, el que se indica "de turno" en un cartel iluminado. Toma un taxi hasta 9 de Julio al 500. Allí supuestamente iba a terminar su odisea. Pero no. Al llegar encontró todo oscuro y otro cartelito: "farmacia eximida de turno". "Me indica que tengo que ir a otro negocio que abre las 24 horas y está frente a la plaza (Independencia). Qué vergüenza ¿Para qué publican las que están de turno si no lo están?", vuelve a cuestionar.

Cuando al fin encuentra una farmacia abierta el reloj taxímetro ya pasó los $ 15 por el viaje. Tendrá que esperar un rato: como es el único local disponible de la zona hay más de 10 personas delante que aguardan ser atendidas.

"Es una noche para el olvido. Voy a gastar más de $ 200 entre traslados y remedios. Y todavía me duele todo", relata Silvana, vecina del barrio Padilla.

Sufrir una emergencia y conseguir un medicamento durante la madrugada tucumana puede ser una misión muy complicada, especialmente para quienes viven alejados del centro o en el interior de la provincia. Las farmacias que cumplen los turnos son pocas y no alcanzan para la demanda de la población.

Hay locales que figuran en el listado como "de turno", pero que no abren sus puertas. Uno de los motivos es la inseguridad. También están las que se eximen de trabajar de noche porque están a menos de 10 cuadras de alguna farmacia 24 horas. En otros casos sí están abiertas, pero cuentan con una limitada variedad de remedios.

El Colegio de Farmacéuticos conoce esta realidad. Su titular, Fernando Esper, no duda en consignar que el sistema de turnos ha quedado desvirtuado. Desde comienzos de este año ya hicieron varias presentaciones al Siprosa. Reclamaron más control de la situación y también sobre la venta de medicamentos en lugares prohibidos, como los kioscos.

"Algunas farmacias trabajan todo el día, otras lo hacen 12 horas, unas se eximen y están las pocas que cumplen. Creo que se confunde mucho a la gente. Esto es un servicio que debería cumplirse bien porque tiene que ver con la salud de la población", opina Esper. Según el Colegio, el gran problema se creó por la extensión horaria de algunas farmacias. Por eso ya solicitaron a las autoridades que analicen si esto, al fin de cuentas, es realmente beneficioso.