Merece sin duda un recuerdo la figura de ese distinguido comprovinciano que fue el embajador Luis Santiago Sanz. Había nacido en Tucumán el 26 de agosto de 1920 y muy joven partió a estudiar a Buenos Aires. Se graduó allí de abogado y de doctor en Derecho. No ejerció la profesión, porque prefirió la carrera diplomática.
Fue embajador de la Argentina en Uruguay, en Bélgica, en Luxemburgo y en Dinamarca. Fue subsecretario de Relaciones Exteriores de la Nación y, en la Cancillería, en dos oportunidades se desempeñó como Director General de Política, además de director del área América del Sur. Tuvo vasta actuación en reuniones sobre temas limítrofes y de integración económica: por ejemplo, fue secretario general de la III Conferencia Interamericana y presidió la Comisión Negociadora del Tratado de Límites del Río Uruguay. Sostenedor de la profesionalización de la carrera, de su idea surgió el Instituto del Servicio Exterior de la Nación, del que era profesor emérito.
Dictó cátedras en la Facultad de Ciencias Económicas y en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, así como en la Escuela Superior de Guerra. Asimismo, era un destacado especialista en historia de la diplomacia argentina. Miembro de número de la Academia Nacional de la Historia -y de la de Geografía- escribió numerosos trabajos de investigación. Entre ellos, "Zeballos. El tratado de 1881. Guerra del Pacífico"; "La cuestión de Misiones"; "La historia diplomática desde la presidencia Mitre", para citar algunos.
Hombre de vasta cultura y exquisita distinción personal, rodeado del gran prestigio obtenido por su actuación, el doctor Sanz murió en Buenos Aires el 14 de octubre de 2007.