De un lado, un fortachón "con evidente cara de yanqui". Del otro, una rubia petisita. Le hablaban al mismo tiempo, caminaban apurados, la protegían de la pared de gritos histéricos que amenazaba con derrumbarse sobre ella. Victoria Molina sólo sabía mirar hacia delante, complacerse en su buena suerte, reprimir la adrenalina. Había llegado a ese estadio desde Tucumán y, aunque la fantasía adolescente no conoce límites, jamás se le hubiese ocurrido que pisaría el escenario y se plantaría cara a cara con su ídolo, Justin Bieber.

La tucumana, de 15 años, resultó elegida entre las más de 40.000 fanáticas que el miércoles desbordaron el club River Plate para subir a escena junto con el joven canadiense, que le cantó al oído "One less lonely girl", la abrazó y le regaló un ramo de flores. Horas después de que el sueño se le hiciera realidad, y todavía temblando de la emoción y la incredulidad, Victoria habló con LA GACETA. "Mientras iba caminando hacia el escenario, la chica que me acompañaba me dijo que debía mostrar mis sentimientos, llorar si tenía ganas, disfrutar el momento. Una vez arriba me puse muy nerviosa, no podía siquiera escuchar la canción. Sólo miraba a los ojos a Justin, me encantó, me encantó", recordó.

La adolescente, que fue al recital con tres amigas y la hermana mayor de una de ellas, señaló que se hizo fanática de Bieber hace dos años. "Me gusta él, su música, su personalidad, la manera en que se hizo famoso y cómo trata a las fans. Es muy humilde", detalló. Para (más) envidia de las seguidoras, la tucumana podrá contar que, además de haberlo tenido frente a frente, participó junto con su amiga Pilar Ise Gelsi del "Meet & Greet", un encuentro que permite a un grupo de fans conocer a su ídolo antes del recital.

"Pudimos verlo porque ganamos un concurso en el que, para participar, debíamos armar un video. Con Victoria nos pasamos horas frente a la computadora, pidiendo a la gente que nos ayudara. Finalmente, nuestra filmación consiguió 2.400 ?me gusta? y resultamos las ganadoras -expresó Pilar-. Él es tal como lo había imaginado: divino, dulce, un tierno. ¡Tiene la cara perfecta! Cuando lo vimos, nuestra primera reacción fue decirle en inglés que lo amamos y darle la bienvenida. También aprovechamos para regalarle una camiseta de Argentina. Fue grandioso".