"Los animales son mis amigos y yo no me como a mis amigos", decía San Francisco de Asís, el santo defensor de la paz y de la Naturaleza y patrono de la Ecología. Hoy sus devotos celebrarán su festividad con el oficio de una misa presidida por el arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Horacio Zecca, esta noche, a las 20, en el convento franciscano de San Martín y 25 de Mayo. Luego una procesión por las calles. Previamente, a las 12.15, los frailes bendecirán a todas las mascotas, como seguramente lo hubiera hecho el santo, en el atrio del templo.
San Francisco (1182- 1228) era hijo de un rico mercader de Italia, pero él sólo quería seguir a Dios y servir a los pobres. Por eso regaló sus pertenencias y renunció a heredar los bienes de su padre. Simplemente salió a predicar el Evangelio por las calles, practicó la pobreza como un valor y propuso un modo de vida sencillo basado en los ideales de Jesucristo. "Necesito pocas cosas, y lo poco que necesito, lo necesito poco", solía afirmar.
El testimonio de su vida le llevó a ser admirado y querido por personas de todas las religiones. Tuvo muchos seguidores. Fundó la orden franciscana y, luego, la congregación de las hermanas Clarisas. Era vegetariano y partidario de dejar vivir en su propio hábitat a los animales; se oponía tenazmente a su utilización en espectáculos y a todo tipo de maltrato. Muchas anécdotas se cuentan de él, como la de aquel día en Alviano, cuando las golondrinas revoloteaban a su lado y no lo dejaban hablar: "hermanas golondrinas, ahora me toca hablar a mí", las reprendió. San Francisco fue canonizado dos años después de su muerte.