La problemática de los residuos sólidos urbanos (RSU) en Tucumán debe ser atendida de manera integral. Barrer todos los días o construir costosas plantas de tratamiento no soluciona el problema.
El uso de recursos naturales, la generación de residuos, la recolección, el transporte, la separación, el reciclado y el tratamiento final, son componentes de un largo proceso que indisolublemente está ligado a un comportamiento y compromiso personal, corporativo, comunitario o estatal. El problema de fondo es cultural.
Para salir adelante, el problema necesariamente tiene que ser considerado como tal y por eso se necesita de un proceso educativo (formal y no formal) sostenido, y del compromiso de ciudadanos y gobiernos.
El problema no pasa por barrer o reciclar. El problema de fondo es enseñar a generar menos basura. De eso se trata: generar menos residuos cada día. En este hecho tan simple radica el secreto: ser frugal en el consumo y no creer que los materiales son infinitos.
Generando menos basura se usan menos materiales: papel, cartón, plástico o hierro. Y así estamos contribuyendo a preservar arboles, gastar menos petróleo, barrer menos y, en resumen, a contaminar menos para tener una mejor calidad de vida.
De nada vale poseer la mejor flotilla de camiones del mundo para residuos, o la mejor planta de tratamiento del planeta, si no enseñamos a los ciudadanos a respetar la naturaleza y a generar menos residuos en este caso.
Pruebas al canto: consuma una hamburguesa y verá cuanto residuo se genera: bandeja, mantelillo, servilletas, cajas, sorbetes, vasos, recipientes con aderezos, ticket de promos... ¿No hará falta menos materiales para comer una hamburguesa?
Hace falta un plan
Si pensamos que en promedio un tucumano está generando entre 700 y 800 gramos de residuos esto significa que sólo en el Gran San Miguel de Tucumán se están produciendo entre 490 y 560 toneladas diarias de residuos. Estos deben ser retirados de la vía pública, transportados, separados y finalmente procesados como material inerte. En términos de costo, esto significa derroche de materiales, trabajo insalubre, gasto de combustible, habilitación de terrenos como estaciones de transferencia y plantas de tratamiento que no dejan de ser lugares de potenciales focos de contaminación sino se operan adecuadamente.
Generar menos sólo podrá lograrse mediante un Plan Provincial de Tratamiento Integral de Residuos Sólidos Urbanos, donde el eje central sea la educación en todos los niveles. En este Plan se deberá incluir la separación en origen y el reciclado.
¿Quién querrá participar en separación de RSU en origen, esto es separar lo orgánico y lo inorgánico en casa, si después el camión recolector mezcla todo? No deja de ser un chiste de mal gusto. Reciclar es también una forma de ahorrar materiales y esta tarea debe comenzar con la separación en casas, oficinas, escuelas, universidades y empresas. Pero todo debe hacerse dentro de un plan.
Parece difícil lograrlo pero en otros lugares del mundo lo hicieron. Sólo hace falta la decisión política, un proyecto donde las municipalidades y comunas asuman su responsabilidad, presupuestos acordes, un ente de control, capacitación y el compromiso de todos.
Tucumán se lo merece.