En primer lugar, es recomendable realizar una profunda limpieza del historial, para ayudar de esta manera a mejorar el rendimiento del navegador. Se aconseja tener en cuenta esta medida para llevarla a cabo regularmente, y no solo ante un cambio de versión del programa.
En segundo término, es importante realizar una copia de seguridad a través de Firefox Sync. Esta herramienta, propia de Mozilla, permite a los usuarios conservar algunos elementos importantes sobre la personalización del navegador para luego poder utilizarlos en la nueva versión del mismo modo que en las anteriores. De esta forma, se podrán mantener las configuraciones de Marcadores, Contraseñas, Preferencias, Historial y Pestañas.
Una opción válida para conseguir una mejor adaptación del nuevo soft, es desinstalar por completo la versión anterior antes de comenzar la instalación de la nueva. El paso anterior, que guarda información importante en Firefox Sync, es fundamental para poder realizar esto con total tranquilidad, sin riesgo de perder nada.
Otra alternativa a tener en cuenta para conseguir un mejor funcionamiento, es mantener las extensiones que se utilizaban en la versión previa. Aquí pueden surgir problemas de compatibilidad, por lo que es recomendable instalar la extensión Add-on Comptaibility Reporter, que nos permitirá evitar este tipo de inconvenientes.
Sin embargo, es necesario también ser conciente de que abusar de las extensiones puede traer efectos secundarios como la ralentización del programa, que acumula peso ante tantas opciones previamente cargadas. Por este motivo es importante analizar la situación antes de optar por la instalación de una de estas aplicaciones adicionales.
Si bien estos consejos no garantizan que no se presenten fallas, la actualización del software se hace de forma más segura, y el equipo y la información importante corren menos riesgos. (Especial)