"El monje" tiene seis años. Está listo para andar con su paso corto por los senderos de la montaña, cruzando los ríos y las quebradas. Como todos los caballos cerreños conoce de memoria el trayecto. Su dueño, don José Córdoba, vecino de El Siambón, ensilla el caballo que partirá con los gendarmes hasta la lejana Anca Juli para trasladar la urna en la que votarán mañana los lugareños de la alta montaña.
Antes del mediodía, cuando empieza la travesía surge un inconveniente: "El Monje" camina medio rengo. De inmediato, "Pepe" Córdoba resuelve el problema reemplazándolo por "La Coca", una mansa yegua de ocho años. Nada puede frenar semejante responsabilidad como la de trasladar las urnas. Además, de Anca Juli, otro grupo parte con destino a San José de Chasquivil y un tercero saldrá hoy, a primera hora, rumbo a Anfama.
El viaje a "lomo de mula" lleva entre nueve y once horas desde El Siambón hasta Anca Juli. Por eso hay que hacer noche en la escuela de La Hoyada, casi a mitad de camino. Los gendarmes cargan en sus espaldas las mochilas con más de 15 kilogramos en la que llevan bolsa de dormir, ropa de abrigo, agua, y alimentos enlatados para el recorrido.
El alimento es suficiente para la travesía porque saben que al llegar a Anca Juli, los lugareños estarán esperándolos con un locro criollo y carne asada. El gendarme Gustavo García, oriundo de Chaco, todavía recuerda el mismo trayecto que hizo en los comicios de 2007. "Es una experiencia hermosa -dice con la clásica tonada litoraleña-. ¿Querés volver a la montaña a lomo de mula?, me preguntaron. Por supuesto, les dije y ahí nomás preparé la cámara de fotos".
García presume de su experiencia en 2007, cuando le tocó viajar a la localidad de San José de Chasquivil, también a caballo. De aquella votación, el gendarme recuerda que la gente llegaba a la escuela en familia. "Caminan una hora o más, según el caso -explica García-; otros lo hacen a caballo, por eso cuando llegan a la escuela se quedan todo el día. Ahí preparan un almuerzo comunitario, que comparten entre todos. Se vive como un día de fiesta".
Con tonadas diferentes
Además de García, también parten los gendarmes Alejandro Arrieta, oriundo de Las Termas de Río Hondo; Jorge Cabaña, de Misiones y Osvaldo Torres; de Formosa. A pesar de que llevan varios años en Tucumán, ninguno ha perdido la tonada de sus lugares de origen. Arrieta admite que estaba entusiasmado con viajar a la alta montaña, porque pensaba que iban a hacerlo en helicóptero. "El tiro me salió por la culata", dice el termense riéndose de sí mismo. Pero aclara que igual mantiene el entusiasmo por la travesía.
García recuerda que, a veces, cuando sube a un taxi, vestido de civil, el chofer pretende "hacerlo pasear" para encarecer el costo del viaje. "Eso ya no funciona con nosotros, porque a esta altura del partido sabemos cómo llegar", asegura.
En el padrón
Los dos grupos parten desde la casa de "Pepe" Córdoba en la calle Juan Vicente. Luego de recorrer unos 300 metros, al llegar la ruta 341, se separan en dos grupos: uno hacia el norte, rumbo a Anca Juli (con el guía Santiago Salinas) y otro hacia el sur para entrar a los senderos en dirección a San José de Chasquivil, conducidos por el joven baqueano Angel Santiago Moreno, designado coordinador logístico por el Correo Argentino.
Con paso cansino, los caballos avanzan por la banquina, cruzan un arroyo, después un puente y al cabo de los primeros cinco kilómetros comienza a cambiar el paisaje. Así avanzan dispuestos a llegar a destino. Dormir una noche y seguir hoy hasta hacer cumbre, donde esperan los lugareños más remotos del padrón provincial.