La preocupación por lo estético tiene que ver son las sociedades posmodernas. "Estamos en un tiempo en el que se sostiene un modelo de vida adolescente en todo", analizó Vanina Vaisblat, psicóloga.

El hecho de pretender que el cuerpo mantenga un aspecto juvenil, en el que todo está levantado y en su lugar, responde a un estado hormonal propio de la juventud adolescente. La especialista señaló que los parámetros fueron cambiando con el tiempo. Si durante la Modernidad el modelo al que se aspiraba era el del joven adulto y se quería salir rápido de la adolescencia, ahora sucede todo lo contrario. "Pareciera que la sociedad que se ha adolescentizado", remarcó.

Las cirugías, en este contexto, sirvieron para concretar este sueño de la eterna juventud. Según la psicóloga, la explosión de consultas en los consultorios de los cirujanos y la proliferación de spa y centros de estética corresponden a una filosofía de vida en la que todo debe ser resuelto sin mucho esfuerzo. "Por ahí, es más fácil hacerse una liposucción que ir regularmente al gimnasio", apuntó.

Nuevamente, todo encaja con el ideal adolescente de vivir felices sin hacerse demasiados problemas. Esto invade todos los aspectos de la vida. "Antes se ahorraba con esfuerzo para comprar algo, ahora eso ya no sucede", agregó. Los planes de pago, los créditos fáciles y las promociones lanzan el mensaje: "compre ya".

Además, ya se rompió el tabú de ocultar una cirugía. Las mujeres hasta hacen gala de que pasaron por el quirófano. Las ganas de pertenecer a ese ideal de belleza que se ha instalado las lleva a negar el paso del tiempo en el cuerpo o las características anatómicas propias.

"El problema no es que la modelo viva de su cuerpo, el problema es que la sociedad ha puesto a esa chica como modelo de lo que hay que ser", enfatizó Vaisblat. En definitiva, lo indicado es preguntarse: "¿no encajo con qué?"