El ex piloto y cineasta Enrique Piñeyro lo advirtió hace dos meses en una entrevista con LA GACETA: "para los pilotos, volar por el norte del país es potencialmente peligroso por los vuelos clandestinos, son una amenaza. Es una escena frecuente que se crucen los aviones del narcotráfico".
Con el objetivo de frenar esa amenaza y el ingreso de drogas al país por esta vía el Gobierno nacional puso en marcha un plan denominado "Escudo Norte" para combatir el narcotráfico y el contrabando. Hace menos de un mes se instaló en el aeropuerto de Santiago del Estero un moderno radar 3D, capaz de detectar las naves que no estén autorizadas a circular por el cielo argentino. También se destinaron al proyecto tres aviones Pucará y 150 hombres de la Fuerza Aérea para perseguir vuelos clandestinos.
Según informaron las fuentes oficiales el primer operativo en el cual intervino el moderno radar fue hace una semana, cuando Gendarmería interceptó un narcoavión. Los efectivos consultados por LA GACETA confesaron que el informe oficial no se correspondería con lo que realmente pasó. Señalaron que el vuelo clandestino no fue detectado por el radar, sino por un helicóptero de Gendarmería que volaba cerca y que le ordenó descender. Como la avioneta no acató el pedido se originó la persecución. Después se produjo el roce entre las dos naves, la caída de los gendarmes, el aterrizaje de emergencia de los narcos y su posterior huida.
"¿Dónde estaban los aviones Pucará y sus pilotos?", se preguntan los expertos en seguridad. "¿Por qué el radar no había detectado el narcoavión?", añaden. LA GACETA insistió en numerosas oportunidades para comunicarse con los encargados del radar en el aeropuerto santiagueño, pero no hubo respuestas. Efectivos policiales y de Gendarmería, que no quisieron identificarse, confirmaron lo que los expertos vienen advirtiendo hace días: el radar no es tan efectivo porque no tiene el alcance suficiente para llegar hasta el norte de Santiago, que es donde se encuentra la mayoría de las pistas clandestinas. Además, no tendría la capacidad de captar los vuelos a tan baja altura que despliegan los narcotraficantes. Según los especialistas, se necesitarían más de 20 radares para cubrir bien todo el ingreso por las fronteras de naves ilegales.
Hay más: si los radares detectan narcoaviones los efectivos no pueden interceptarlos fácilmente, puesto que no cuentan con una ley de derribo de vuelos ilegales. Por ahora, esta norma es sólo un proyecto que descansa en la Cámara de Diputados de la Nación.