Si de verdad los juegos tradicionales de la infancia están desapareciendo, ¿qué está pasando en los recreos?, se le consultó a la maestra de primaria Mariela Sosa. "Los varones juegan más a la pelota, pero hasta cierta edad. Después están todos embobados con los celulares: sus jueguitos o las redes sociales", detalla.

Si bien ya no se ven trompos o bolillas, aclara que la escondida sigue apareciendo por épocas cuando suena el timbre. "Las nenas, en algunos colegios, siguen saltando el elástico. Pero es por un tiempo, después se aburren y pasan también al entretenimiento del celular", explica.

Mariela habla de los juegos tradicionales con destellos de añoranzas. Y se esmera en remarcar la importancia del juego en la infancia. "Es fundamental para su desarrollo. En la interacción libre con sus pares, los nenes aprenden las habilidades necesarias para relacionarse y para crecer. Los videojuegos no estimulan la creatividad", insiste.

Precisamente, enumera más bondades del juego: con él los chicos aprenden a controlar sus impulsos, a resolver problemas, a negociar, a pensar con creatividad y a trabajar en equipo. "Cuando se inventan siendo profesionales, cuando costruyen un fuerte de almohadores, los chicos pueden soñar, pueden aferrarse a las fantasías. Y esto es irreemplazable", remata.