Cuento
LO ÚNICO IMPORTANTE EN EL MUNDO
AZUCENA GALETTINI
(El fin de la noche - Bs. As.)
Los escritores de ficción son habitualmente recordados por sus citas, epigramas o definiciones, que por lo general, enuncia alguno de sus personajes o ellos mismos en clave de narradores. Observaciones políticas, morales o filosóficas van quedando en la memoria imprecisa. Quien busque en un libro ya transitado alguna de esas frases no tendrá dificultad en el caso de Borges o Wilde, aunque sí en textos de Carver o Flannery O?Connor. Y es que en estos últimos casos, al leer las páginas al azar uno se encuentra con simples palabras que describen complejas acciones, circunstancias, personajes, etcétera, que están acaeciendo en ese Orbis Tertius, en el mundo literario. Esos escritores no irrumpen con sus valoraciones u opiniones en sus escritos, purificando así su propia producción literaria.
Lo único importante en el mundo pertenece holgadamente a esa clase de literatura. El estilo seco, simple, deja ver un excelente ejercicio de la Teoría del Iceberg, consolidada en los textos de Ernest Hemingway, donde la elipsis y el tendido de un inteligente velo sobre cierta información despiertan un vivo interés en el lector.
Los temas tratados en estos breves y consistentes cuentos son universales: la espontánea y gratuita felicidad, el miedo creciente de un niño intimidado por su hermano mayor, el amor ante la proximidad de la muerte, la importancia de la memoria en la constitución de la identidad personal.
Colores, texturas, sonidos, sabores, abundan en los relatos, generando esa experiencia táctil, real, de la que está hecha la buena literatura. Además, sin caer en lo moralizante, en lo pedagógico, pero tampoco en lo simplemente anecdótico, el libro conforma un ejemplo de talento y corrección literaria.
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César Di Primio