BUENOS AIRES.- El resultado de Santa Fe marcó el segundo traspié político consecutivo para el kirchnerismo, ya que en la Capital Federal y en territorio santafesino la ciudadanía les dio la espalda a los candidatos bendecidos por la presidenta, Cristina Fernández. En los grandes distritos la gestión "K" no pudo festejar, como sí lo hizo en las provincias con un caudal electoral reducido.

Así, el oficialismo celebró primero en Catamarca, donde Lucía Corpacci le quitó el reinado a Eduardo Brizuela del Moral y luego siguió en Salta con la victoria de Juan Manuel Urtubey. Después vinieron los triunfos en La Rioja, con la reelección de Luis Beder Herrera, y sus aliados Jorge Sapag en Neuquén, Maurice Closs en Misiones, Fabiana Ríos en Tierra del Fuego y hasta el mismo Martín Buzzi en Chubut, que se volcó a las huestes cristinistas. La tendencia favorable al Gobierno nacional se frenó en Capital Federal y en Santa Fe.

De cualquier forma, el kirchnerismo tratará de remontar el domingo en la Capital Federal, una casi segura derrota de Daniel Filmus, ante Mauricio Macri, quien está más tranquilo, ya que en la primera vuelta casi araño el 50% de los votos.

El Gobierno también espera con expectativa las elecciones del 7 de agosto en Córdoba, donde José Manuel De la Sota, no parece representar al oficialismo -de hecho su boleta no lleva los postulantes a diputados de Cristina- y ha preferido no incrementar sus diferencias con la Casa Rosada. Córdoba no parece que le dará una satisfacción

Después de las internas abiertas del 14 de agosto, el Frente para la Victoria espera recuperarse con los comicios en Tucumán, donde José Alperovich, es el firme candidato a seguir gobernando la provincia. El golpe propinado ayer a Gustavo Rossi dejó maltrecho al Gobierno, ya que el revés electoral tiene relevancia nacional.