El loco de la bufanda

Quien lo vio por la calle temprano no necesitó que le explicaran adónde iba. La larga bufanda naranja y amarilla es característica de la casa Gryffindor, y para completar la imagen, portaba una versión ajada de "Harry Potter y la reliquias de la muerte". Abel Moyano, efectivamente, fue uno de los ganadores del sorteo de LA GACETA, y llegó temprano a la sala del cine Sunstar para asegurarse una buena ubicación. "Crecí con Harry. Estoy muy ansioso", admitió Abel, estudiante de Ingeniería Química de 20 años. "Me enganché desde el principio con la historia, la trama, la lucha entre el bien y el mal", contó. Leyó los siete libros más de una vez, y desde ayer puede jactarse de ser uno de los primeros fanáticos del mundo que vio el final de la saga. "Sé que no va a haber sorpresas porque sé cómo termina la historia, la leí, pero quiero ver la película", explicó antes de sentarse, justo al medio de la sala. Sin embargo, al salir, con una enorme sonrisa afirmó que el filme había superado sus expectativas. "Está muy bien adaptada y te deja con las ganas... Pero le faltó un toque al final, algo distinto tendría que haber pasado con la varita de Harry", opinó.

Contenta con el desenlace

"Estoy como loca, se me sale el corazón, me largué a llorar...", confió Milagros Lohezic al salir de la sala. "Fue increíble, maravillosa. Los efectos son impresionantes", evaluó.
Milagros sobresalía en el hall del cine Sunstar por su camiseta con los colores y emblemas del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. "Soy fanática de Harry, de la magia, la ilusión y la fantasía", contó la estudiante secundaria de 16 años.
Ella asegurA que prefiere los libros, aunque no se perdió ninguna de las películas, alguna de las cuales son más fieles al texto que otras. "La imaginación al leer, los detalles que están en el libro y no en la película, hacen que sea mucho más interesante leer la serie completa", confirmó.
"Para el sorteo puse sólo tres cupones, pero tenía mucha confianza", confesó Milagros. Sin embargo, el final de la historia no la dejó satisfecha: "cuando leí el libro me pareció que ese final estaba de más, pero la verdad es que esperaba mucho menos de la película, y por eso estoy muy emocionada y feliz".

Trajo el disfraz desde EE.UU.

Mientras hacía la fila para comprar golosinas, Carla Castellano Gómez empezó a sacar trofeos de la mochila: un muñeco de Harry, una réplica exacta de la varita del mago adolescente, la remera y la capa. Cuando terminó de arreglarse contó que compró parte del ajuar en el parque temático montado en Orlando, EE.UU. "Fui por un intercambio estudiantil y lo primero que hice cuando pude fue ir ahí", señaló. "Es una historia muy bien armada, que ahora, en el final, termina de tener sentido", analizó la estudiante de Inglés de 21 años. "Lo importante, además de que fomentó la lectura de toda una generación, es que estos libros dejan enseñanzas importantes, como fortalecerse ante los obstáculos y la fidelidad a los amigos", destacó. Carla comentó que siempre estuvo entre las primeras en conseguir los libros y ver las películas, porque se pasó horas haciendo fila para hacer reservas o compras anticipadas. Así fue, además, como leyó cada edición primero en inglés y luego traducida. Esta vez se animó a dejar los cupones de LA GACETA, cruzó los dedos, y cuando leyó el diario pegó un salto de felicidad: para un fanático, ver la película antes que el resto del mundo no es cosa menor.

Una amistad y una marca para siempre

En una de las tantas filas que hicieron para disfrutar los estrenos de las películas de Harry Potter se conocieron y nunca más se separaron. Julieta Sánchez (18 años) y Javier Sadir (19) se hicieron mejores amigos: comparten el fanatismo por las historias del mago. Esta vez vieron la película antes que nadie. "Tenemos prohibido contarles nada a nuestros amigos; somos un grupo de 10 chicos que siempre venimos juntos, pero esta vez nos tocó a nosotros", contó Julieta, estudiante de Inglés.
Según ambos, la saga creada por JK Rowling marcó a fuego su adolescencia y los hizo superar momentos complicados, seguramente propios de la edad. Pero la "marca" de Harry no   queda solo en las palabras:   Julieta se tatuó el símbolo de las reliquias de la muerte arriba del tobillo. "Me lo hice el lunes pasado. Es muy fuerte para mí, no por el tatuaje en sí, sino por lo que significó Harry Potter en mi infancia. Yo me aferré mucho a los libros y me ayudó a superar algunos obstáculos y hacer más llevaderas algunas situaciones  que me tocaron vivir", expresó Julieta.