El recuerdo de Néstor Kirchner se corporizó en esa escultura que ella llevaba entre sus manos, camino hacia las escalinatas del Tango 01. Cristina Fernández está recogiendo los frutos de su difunto esposo: la lealtad de los gobernadores que -en algún momento- propusieron la continuidad del matrimonio presidencial en el poder. Por eso mientras el protocolo oficial cumplía con cursar invitaciones a los 24 mandatarios de todo el país (incluyendo a Mauricio Macri), la Presidenta llamó a un grupo de gobernadores para que no faltaran a la cita en Tucumán.
Sergio Urribarri (Entre Ríos) fue el primero en llegar ayer al Aeropuerto Benjamín Matienzo. Detrás de él lo hicieron Luis Beder Herrera (La Rioja), Juan Manuel Urtubey (Salta) que trajo también a José Luis Gioja (San Juan). Ambos habían compartido una reunión política en territorio salteño. Luego desembarcó el santiagueño Gerardo Zamora. Maurice Closs (Misiones) envió a su vice, Sandra Giménez. Y sólo faltaron dos de la nómina presidencial: el bonaerense Daniel Scioli y el chaqueño Jorge Capitanich. Ellos van conformando el ala más dura del cristinismo en la renovada liga de gobernadores K.
A ese elenco estable se sumó también la gobernadora electa por Catamarca, Lucía Corpacci. La renovada liga de gobernadores tiene una prueba de fuego, las primarias del 14 de agosto. En esas internas, el cristinismo quiere ganar para que no se pongan en tela de juicios los lugares en las listas oficiales. En otras palabras, dejarle en claro a la CGT, por caso, que el armado es el correcto, con los espacios de poder suficientes.
La prueba más clara del objetivo político más inmediato del Gobierno nacional la dio ayer, en el Hipódromo, el mismo ministro del Interior. "Che, José no te olvides del 14", le transmitió Florencio Randazzo a Alperovich, cuando el gobernador anfitrión terminó su discurso, en el que renovó la promesa de llenar las urnas en las presidenciales del 23 de octubre próximo.
Cristina Fernández se llevó la certeza de que Tucumán es un distrito electoralmente confiable, según apreció uno de sus colaboradores, antes de emprender el vuelo hacia Buenos Aires. Y, en Tucumán, dio muestras de que seguirá el legado de Néstor Kirchner: rearmar su poder con el apoyo de los gobernadores aliados.
"Ellos nos dieron el sí el mismo viernes", dijo ayer a LA GACETA el gobernador José Alperovich. Seis mandatarios afines a la Casa Rosada se habían comprometido a asistir a los actos del 195 aniversario de la Declaración de la Independencia. En el aeropuerto Benjamín Matienzo, fueron recibidos por el mandatario y por el ministro de Salud Pública de la Nación y candidato a vicegobernador, Juan Manzur.