Dos angustias opositoras flotaron en la sala de LA GACETA donde cuatro legisladores opositores analizaban los actos oficiales por el 195º aniversario de la Declaración de la Independencia.
El primero surgió de las imágenes sobre la multitud que colmó el hipódromo durante el acto central. La preocupación de los dirigentes no alperovichistas, huelga decirlo, no pasó por analizar la adhesión que pueden despertar la Presidenta o el gobernador: para ellos, la casi totalidad de los que estaban ahí había sido llevada con fondos estatales. Precisamente, la inquietud de Ricardo Bussi, de Esteban Jerez, de Luis Bussi y de Federico Romano Norri pasó por el oneroso aparato movilizador que el oficialismo exhibió orgullosamente. "¿De dónde sale la plata para pagar todo esto?", fue una expresión común, referida a los 750 colectivos y los gastos en "viáticos" para los 30.000 asistentes. La pregunta, en rigor, disimulaba otro interrogante: si erogaron los millones que gastaron para un acto, ¿cuánto van a destinar para movilizar votantes en los comicios de agosto?
La segunda consternación pasó por los incidentes de la noche del viernes y la madrugada ayer en la plaza. Autoconvocados de la salud, militantes del Partido Obrero y jubilados sufrieron apremios de la Policía, primero, y patotedas, después. La síntesis de esa angustia: si actúa así ahora, ¿qué hará el Gobierno con esos manifestantes después del 28 de agosto, si consigue la recontra-reelección?
Ningún opositor se despidió con un "feliz día de la patria".