"Los conductores son Banega y Messi", aseguró el seleccionador argentino, Sergio Batista. Pero el crack tiene también el deber y la deuda de marcar goles con la camiseta albiceleste, de generar sociedades, recuperar pelotas y brillar como en el Barcelona. ¿Puede Messi con todo?
El sorprendente empate con Bolivia demostró que no. Y ahora Batista se enfrenta al dilema de readecuar en tiempo récord el plantel antes del encuentro el miércoles con Colombia para rodear a la estrella de un entorno que lo potencie para hacer lo que mejor sabe hacer, golear.
En el desorden en el que cayó la Selección ante la eficacia de la estrategia boliviana, Messi debió retroceder tanto para generar jugadas y recuperar la pelota que su lugar como número 9 "mentiroso" quedó totalmente desdibujado.
Luchó como pudo, dio algunas asistencias brillantes y pateó poco al arco. Incluso perdió varias pelotas en el mediocampo y muchas veces quedó muy atrás de la línea de la pelota, lejísimos del arco rival.
Con el rostro apesadumbrado, los hombros caídos, la mirada para abajo, Messi dio señales de que sólo su entusiasmo por saldar deudas con la selección argentina no alcanza.
"No nos podemos volver locos", pidió la "Pulga" esta madrugada tras el duelo inaugural en la fría noche de La Plata. "Ahora más que nunca, tranquilidad, no es lo que esperábamos. Tenemos que ganar los dos partidos que vienen ahora", insistió.
La Selección anfitriona del certamen llegó como una de las favoritas, con mucha presión por ser locales y la necesidad de conquistar un título tras 18 años de sequía.
Messi conquistó todos los reconocimientos imaginables en el Barcelona, pero admitió que "cambiaría cualquier cosa, incluso todos los goles y todos los premios, por ganar algo con el seleccionado".
Con Éver Banega consiguió instantes de una buena sociedad, pero sin una defensa consistente que permita al mediocampo moverse sin condicionamiento ni temor para abastecer a la potente delantera, Messi no puede relajarse y hacer lo que mejor sabe.
Batista remarca una y otra vez que su equipo es "Messi y diez más". Y que su principal dificultad es tener que optar entre los mejores atacantes del planeta. Pero el resto del equipo arrastra problemas desde hace tiempo que la estrategia del "Checho" no logró aún remediar, malgastando al mejor y poniendo en riesgo el sueño de levantar la copa en casa.