VENECIA.- A partir de hoy la ciudad italiana de los canales abre el telón al arte. En total, 89 países participan en la edición 54 de la Bienal de Venecia con sus colecciones propias, expuestas junto al Canal Grande. En tanto, 83 artistas internacionales mostrarán sus obras en los "Giradini" y las salas del "Arsenale", donde se disputarán el León de Oro. Este año, dirige por primera vez la muestra la suiza Bice Curiger, con más de una novedad.
Curiger, historiadora del arte, ha colocado al viejo maestro Jacopo Tintoretto (1558-1594) en el centro de esta fiesta del arte contemporáneo. "Mi idea era partir del arte desde el principio, y Tintoretto es un artista revolucionario de su tiempo, el Renacimiento", explicó Curiger. Frente a ello, en esta edición hay muchos más artistas jóvenes que en bienales anteriores.
"ILLUMInazione-ILLUMInations" es el lema de la directora. Con ello no sólo hace referencia a la luz en el arte, como en las obras de Tintoretto, sino a la "Ilustración", "inspiración" e "intuición". "La idea es hablar de arte y que el observador se ilustre, pero también sobre las naciones, que en forma de pabellones por países presentan una parte determinante de la Bienal", destacó Curiger.
En tiempos de una globalización que sigue avanzando, los pabellones nacionales suponen una parte esencial de la muestra. "Cada uno con su historia y su cultura", afirmó el director de la Bienal, Paolo Baratta. En esta edición debutan Andorra, los Emiratos Árabes Unidos, Haití y Bangladesh, mientras que China estará representada por partida doble: con su pabellón oficial y la contribución especial "Cracked Culture" (cultura hecha pedazos), en referencia a la detención del artista chino crítico Ai Weiwei.
Entre las novedades, destaca también Argentina, que se estrena presentando pabellón permanente con la instalación "Ahora estaré con mi hijo", de Adrián Villar Rojas, compuesta por enormes esculturas de arcilla. La inauguró la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, junto a una nutrida delegación de artistas. (DPA-Especial)
Curiger, historiadora del arte, ha colocado al viejo maestro Jacopo Tintoretto (1558-1594) en el centro de esta fiesta del arte contemporáneo. "Mi idea era partir del arte desde el principio, y Tintoretto es un artista revolucionario de su tiempo, el Renacimiento", explicó Curiger. Frente a ello, en esta edición hay muchos más artistas jóvenes que en bienales anteriores.
"ILLUMInazione-ILLUMInations" es el lema de la directora. Con ello no sólo hace referencia a la luz en el arte, como en las obras de Tintoretto, sino a la "Ilustración", "inspiración" e "intuición". "La idea es hablar de arte y que el observador se ilustre, pero también sobre las naciones, que en forma de pabellones por países presentan una parte determinante de la Bienal", destacó Curiger.
En tiempos de una globalización que sigue avanzando, los pabellones nacionales suponen una parte esencial de la muestra. "Cada uno con su historia y su cultura", afirmó el director de la Bienal, Paolo Baratta. En esta edición debutan Andorra, los Emiratos Árabes Unidos, Haití y Bangladesh, mientras que China estará representada por partida doble: con su pabellón oficial y la contribución especial "Cracked Culture" (cultura hecha pedazos), en referencia a la detención del artista chino crítico Ai Weiwei.
Entre las novedades, destaca también Argentina, que se estrena presentando pabellón permanente con la instalación "Ahora estaré con mi hijo", de Adrián Villar Rojas, compuesta por enormes esculturas de arcilla. La inauguró la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, junto a una nutrida delegación de artistas. (DPA-Especial)